«CAPÍTULO TREINTA UNO»

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—P-Pero...—el rubio miró hacia el hermano de la castaña que había apreciado toda la escena—. Creí que ella y yo ya...

—A mí no me mires, yo no sé nada.

[...]

En esta oportunidad los chicos habían perdido, y ya todos habían votado por cuál sería el eliminado esta vez. Se podía sentir la tensión ya que todos eran los favoritos por el público así que era muy difícil para Cam botar a los que les daba más rating.

—Bueno chicos, es muy triste para mi llegar a esta situación. Ya solo quedan seis hombres y seis mujeres. Son solo doce participantes y le diremos a uno adiós. El verano se acaba por lo tanto el programa también—todos hicieron una mueca—. Y el primer malvavisco es para...—todos se miraron con esa terrible mochila de estrés en la espalda—. ¡Bill!

—¡Oh, mierda, sí! —el chico atrapó el malvavisco soltando un gran suspiro.

—Will.

—Joder, gracias...

—Trent y Logan—ambos chicos atraparon los suyos y miraron a los restantes.

No podían creerlo, realmente no podía creerlo. Los mejores amigos de Drama en la Isla estaban a punto de competir por el último malvavisco.

Jacob y Thomas.

—Y el último malvavisco es para...—ambos apretaron los puños, esto no podía ser cierto—. Jacob.

El malvavisco voló hacia el rubio dejando al menor con los ojos abiertos de par en par. No podía creerlo, era su ultimo día con Charlie y ni si quiera lo había disfrutado. No tuvo el valor de decirle lo que sentía y ahora era demasiado tarde, no quería tomárselo a la ligera y decírselo bajo la presión de la eliminación; eso significaba que no estaba listo para decírselo aún.

Maldita sea... era un jodido cobarde.

—Por más que me fastidie decirlo, Thomas eres el nuevo eliminado de Drama en la...

—Un momento—Jacob alzó su mano viendo su bocadillo—. Thomas...

El mencionado que ya estaba casi al borde de las lágrimas miró a su amigo que tenía una mirada seria y calmada. Nadie sabía que es lo que iba a hacer hasta que notaron como este le entregaba su malvavisco al menor.

—Quiero que tengas esto.

—¿Q-Qué...?

Jacob giró su cuerpo en dirección al conductor.

—No puedo quedarme, lo siento—negó—. Todos vieron el estado de mi hermana, ella me necesita, necesita que este con ella de una buena vez. Por más que adore este programa no me puedo quedar—sonrió dulcemente—. Gracias por todo, en verdad—su vista regreso al pequeño que estaba impactado ante sus palabras—. Espero que sepas aprovechar esta oportunidad y no me refiero a ganar.

Ni una palabra salió más de su boca, el chico ya estaba regresando a la casa dispuesto a arreglar todas sus cosas y volver a su hogar para cuidar a su hermana como ella merecía.

[...]

—Esta es mi primera vez, así que no sé qué hacer.

Bill se había quedado embobado al recordar aquellas dulces palabras que había dicho Channel hace unos días en su "lugar secreto". Jamás olvidaría esa mirada avergonzada que le había regalado mientras él se encontraba encima de ella con sus manos en... ciertas partes que todas las mujeres poseen y no se dejan ver. Aquellos suaves y redondos.

—¿Billgard, has visto a Jacob?

—Pechos...—habló bobamente el rubio.

Alex parpadeó un par de veces intentando procesar las palabras que había dicho el rubio sin prestar atención a la verdadera pregunta que había hecho. ¿Acaso él había dicho "pechos"? Sin pensar muy bien la chica le dio una ligera bofetada haciéndolo girar el rostro. El programa era visto por rebeldes menores de edad, aunque no estaba permitido a menos que estén en compañía de un adulto, y él no podía estar diciendo aquel tipo de vocabulario sexual al aire.

—¡Oye!

—Controla tus hormonas y activa tus neuronas, niño. ¿Has visto a Jacob?

Aún se sentía medio estúpido por los recuerdos que estaba teniendo hace un momento por eso le tomó más de un minuto captar lo que la chica había preguntado. Una vez evaluado y analizado su rostro cambió radicalmente a uno que mostraba cierta aflicción. ¿Cómo iba a decirle a su amiga que su "novio" estaba eliminado.

—¿Jacob? —la chica asintió—. Ah, lo eliminaron.

Ok... había sido más fácil de lo que había pensado.

—¿¡Qué dices!? ¿Me estás bromeando?

—Bueno... no lo eliminaron, el idiota renunció al programa. ¿La razón? Ni puta idea, pero es un idiota—mencionó asintiendo.

Alex no dejó que el rubio hablara más. Sabía perfectamente cuál era la razón de Jacob pro no lo dejaría irse sin despedirse. La hermanita del rubio estaba demasiado mal y ella comprendía que lo necesitaba. No sería egoísta y no le rogaría que se quedase, pero si le pediría una cosa.

Sola una cosa.

—¡Jacob!

El chico sonrió de lado y se giró terminando de alistar su maleta, la chica entró a su habitación y no dudó en ayudarle cerrar esa pesada maleta llena de recuerdos de la isla.

—Sé porque lo hiciste—Jacob escuchaba atentamente lo que la chica empezaba a decirle—. Y no voy a detenerte, pero... lo único que me preocupa es no verte nunca más.

—Nos mantendremos en contacto. Tenemos celulares para eso ¿No? Prometo ir a visitarte lo antes posible. Espero que ganes la competencia.

Una risa salió de los labios de la castaña. Le dolía mucho la situación, desearía no dejarlo ir pero no iba a dejar salir aquel lado tan salvaje y egoísta que tenía. Sus brazos rodearon su ancha espalda y su rostro se escondió en el pecho del chico.

—Me harás mucha falta...

—Y tú a mí, Alex.

—Mándale saludos a tu madre y a tu hermana de mi parte.

—Seguramente los deben estar viendo ahora—ambos rieron.

—Y... quisiera darte algo.

Jacob enarcó una ceja, sinceramente en un momento como este nada le haría más feliz que un regalo de Alex. Extendió su mano de manera inocente recibiendo la mano de la chica que se acercaba a paso lento para llegar a sus rosados labios y unirlos finalmente. El rubio abrió mucho los ojos impresionado por el valor que había tenido la chica de por fin dar el primer paso ella.

Lástima que haya sido a último momento.

—Te quiero...

—Y yo a ti.

[...]

En el muelle de la vergüenza ya se encontraba Cam negando lentamente. Jacob era un buen competidor y sinceramente estaba esperanzado en que llegara a los cinco finalistas.

—Bueno, es un acto muy noble lo que estás haciendo—admitió el pelinegro—. Así que no haré ninguna broma o comentario sarcástico que puede ofenderte. Solo te deseo la mejor de las suertes.

—Gracias, hermano.

El rubio miró hacia atrás viendo a sus amigos, en especial a Alex que a hasta las lágrimas se le salía por dejar ir al primer chico que se había fijado en ella de manera sentimental. Se sonrieron por última vez y finalmente el chico se subió a la lancha para irse.

Drama en la IslaWhere stories live. Discover now