Le sigo el abrazo sin pensarlo y comienzo a llorar silenciosamente en el hueco de su cuello, mojándoselo con mis lágrimas. Él me estrecha fuerte contra su cuerpo y suelto un pequeño sollozo.

- No me lo cuentes si... -le corto.

- Mi padre comenzó a beber años atrás, y bueno... Se volvió alcohólico. -cojo aire para poder seguir hablando.- Él es el que me hizo lo de la nariz, por él no como y por él tengo todo el cuerpo lleno de hematomas. Me pega noche tras noche, esté borracho o no, eso no le importa, lo único que quiere es hacerme daño. Tiene trabajo, pero lo que gana se lo gasta en alcohol y comida para él, por eso tengo que trabajar en la Universidad, para poder conseguir mi propio dinero y poder comer. -me separo de él y me quito las lágrimas.

- ¿Estás enserio? ¿Y tu madre?

- Mi madre murió. -él abre la boca al igual que sus ojos, pero antes de que hable, lo hago yo.- No la mató él si es lo que piensas. Mi padre era un buen hombre cuando mamá estaba viva, pero ella murió de tuberculosis, y se convirtió en el monstruo que es ahora.

Él me mira sin saber que decir, y lo entiendo, yo tampoco lo sabría.

- Tengo que cambiarme para irnos. -le digo y él asiente.

- Te espero fuera. -se levanta de la camilla y sale de la habitación, echándome una última mirada.

Me quito todo lo que tengo puesto en el brazo y me levanto, cojo la ropa extendida en otro sofá y me quito la ropa azul del hospital. Me pongo la mía y miro mi brazo izquierdo. Decido dejarme el esparadrapo y salgo de ahí.

- Podemos irnos. -le digo a Tom.

Los dos comenzamos a andar hacia la puerta de salida, cada uno sumido en sus pensamientos con un incómodo silencio entre nosotros, por lo que decido romperlo.

- ¿Cuánto tiempo llevaba dormida? -pregunto mirándole.

- Tres horas. -saca unas llaves de su bolsillo y le da a un botón, haciendo que la luz de un coche se encienda.

Los dos nos dirigimos hacia él y nos subimos. El arranca el coche y conduce hacia nuestras casas.

- ¿Mi padre sabe algo? -pregunto por fin.

- No, no sabe nada. -aprieta sus labios.- Olive, ¿quieres ir a mi casa? Ya sabes, para que puedas comer, además los chicos quieren verte, están preocupados por ti.

- ¿Preocupados? -me atraganto con mi propia saliva mirándole.

- Sí, nos importas a todos. Mucho. -murmura eso último y yo esbozo una sonrisa.

- Vale, está bien. -acepto finalmente y miro por la ventana.

- Y también podrías quedarte allí a vivir. No te haremos pagar nada.

- No puedo. -niego mirándole nuevamente.

- ¿Por qué? -frunce su ceño.

- No puedo dejar a mi padre solo. -murmuro.

- Si puedes, es más, tienes que denunciarle. -me mira unos segundos.

- No, Tom. No puedo hacer eso, es mi padre.

- Pero... -le corto.

- No. -digo duramente. Sé que está intentando ayudar, pero como ya he dicho antes, me da miedo lo que pueda hacerme cuando salga de la cárcel. Miro la cara de Tom, tiene sus labios apretados y su ceño está fruncido.- Lo siento por haberte hablado así, pero no puedo hacer eso.

- Vale. -asiente poniendo fin a esa conversación.

Suelto un suspiro y después de unos minutos llegamos a la puerta de su casa. Bajamos del coche cuando lo aparca y entramos en su casa.

Broken Girl. | Tom Holland.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن