—Tenso —Jungkook repitió. La verdad, parecía que el cuerpo de Jimin estaba a punto de reventar. Debía de tener todos sus músculos apretados, esperando el momento indicado para saltar lejos— Yo puedo ayudarte con eso.

Se arrepintió apenas la última palabra salió de su boca. Jimin torció la cabeza hacia un lado, pareciendo no entender, y luego su rostro se puso rojo a una velocidad impresionante.

—C-Creo que estás confundiendo esto —Jimin retrocedió un paso.

— ¿Confundiendo? —Jungkook avanzó. Estaba siendo un descarado, siendo el primero en iniciar el contacto ahora mismo. Jimin podía rechazarlo completamente y mandarlo a pasear, pero algo dentro de sí le decía que el rubio parecía estar buscando cualquier tipo de contacto físico con él también.

—Y-Yo no soy así. No hago esto —La espalda de Jimin estaba tocando la puerta de un cubículo.

— ¿Hacer qué? —Ahora estaban muy juntos. No se estaban tocando más que por la punta de sus zapatos. Jimin tenía los de jugar, con toperoles, y se veían caros; los de Jungkook estaban viejos y gastados.

Unas voces en el pasillo hicieron que ambos giraran la cabeza. Este no era el momento para que los encontraran. Jimin abrió la boca para protestar a la vez que apoyaba las manos sobre el pecho del menor para empujarlo lejos, pero entonces sintió que estaba siendo presionado hacia atrás y cayendo a través de la puerta.

El castaño lo agarró, pasando con él dentro del cubículo y cerrando con llave detrás de él. El rubio le miró expectante, alzando una ceja.

—Voy a hacerte un favor —Jungkook se acercó, llenando el espacio y puso sus manos sobre la cadera del mayor— Y luego hablaremos.

—Y-Yo... —Jimin gimoteó, susurrando mientras sentía como era levantado con facilidad. Su trasero ahora estaba sobre el estanque del retrete, con sus pies colgando y Jungkook se metió entre sus piernas, bajando a su cuello.

Jimin iba a protestar cuando sintió como sus manos fueron agarradas con fuerza y alzadas sobre su cabeza. Jungkook le miró furioso antes de retomar su tarea, chupando y pasando la lengua por la piel tersa del rubio. Tuvo que morderse los labios para no jadear. Las voces se escuchaban dentro del baño. Eran unos chicos hablando sobre los posibles goles que el equipo del Instituto iba a anotar hoy.

Jimin sintió su miembro endurecerse dentro de la tela de su ajustada ropa interior. Eso iba a doler. Se revolvió bajo la lengua del menor en su cuello, sintiendo como su cuerpo comenzaba a tiritar. Estaba ansioso, pese a que su cerebro le gritaba que lo pateara lejos y no terminara de creerse que realmente estaba sucediendo todo esto.

Jungkook se pegó a su cadera. Jimin sintió como sus orejas se volvían rojas al sentir la dura entrepierna del castaño sobre la suya. Quería tocar. Quería sentir eso y grabarlo a fuego ahora que podía recordarlo todo. Pero el agarre sobre sus muñecas era condenadamente fuerte y no pudo moverse.

Jungkook empujó contra él con su propia cadera. La mente del otro chico ya estaba ida. Quería besarlo. Quería comerle la boca tan mal, romperle los labios a mordidas y meterle la lengua. Pero no estaba seguro si Jimin se sentiría cómodo al hacerlo, así que en cambio, dejó su cuello y fue acercando su propia boca a la oreja izquierda del rubio. Pasó la lengua detrás del lóbulo de este, lamiendo la piel tersa allá atrás y luego mordisqueó su lóbulo. Jimin se estremeció y trató de mover sus muñecas nuevamente, pero Jungkook le afirmó más fuerte contra la pared. Sus propio brazo comenzaba a doler por sostenerlos levantados un buen rato, así que golpeó la cadera de Jimin nuevamente.

El chico ahogó otro jadeo mientras a su espalda la conversación de los extraños se animaba. Había llegado alguien más y ahora hablaban de Jimin y su talento para ser un líder.

Mala Conducta |KOOKMIN|Where stories live. Discover now