Hey, Marco ||Brian Molko||

Capítulo 5°🌸

Ese día fue oscuro, no pude encontrar a Brian y los demás chicos se enfadaron conmigo por mi actitud. Me fui solo a mi departamento, luego comenzó a llover, muchas cosas vinieron de repente a mi cabeza y terminé llorando mientras bebía una botella entera de vodka negro yo solo. Y así estuve una semana, sin ir al Instituto, sin contestar los mensajes de Cj, pero no podía dejar de llamar a Brian.

Me sentía mal por lo que hice, por lo que dije, me sentía demasiado mal porque dañé a la persona que de alguna forma u otra, me importaba.

A la semana siguiente me digné a darme un baño y irme al Instituto, tratando de ocultar mis ojeras y ojos hinchados a través de mis lentes oscuros. Salí del departamento sin desayunar, traté de no chocar cuando manejaba ya que me había dormido hace unas pocas horas y antes de eso había vuelto a consumir alcohol.  

Como lo esperaba, al llegar todos se dieron cuenta, las mismas zorras pidiendo sexo, los mismo chicos creídos tratando de pasarse por mis amigos, y los mismos profesores con olor a cigarrillo. Fui al Salón de música y me encontré a Dylan y Cj.

—Joder Marco, ¿Donde estabas?— Habló Cj mientras me miraba.

—En mi departamento, ¿Donde más?—

—No te ves bien, ¿Quieres hablar?— Dylan puso su mano en mi hombro. Negué con la cabeza y justamente la clase empezó.

🚬

Ya en la hora de salida, me quedé sentado en las escaleras mientras fumaba, Cj había ido a comprar hierba y Dylan a comprar sodas.

El Instituto por fuera estaba lleno de gente, casi la mayoría fumando y ya los otros yendo a sus casa. Ví pasar por la vereda del frente a una persona bajita, de pelo corto y negro, se me hizo familiar, hasta que la persona volteó la cara casi mirándome, era Brian.

Mi corazón se aceleró, no sabía que hacer, cuando ví que se alejaba, dejé caer mi cigarrillo, me levanté rápidamente y corrí hacia el.

—¡Brian!— Grité. Éste se volteó y me miró desconcertado.

—¿Marco?—

—Hola...— Dije cuando llegué a él.

—¿Qué haces aquí?—

—Bueno, éste es mi Instituto, ¿Por qué no contestabas mis llamadas?—

—Aún estoy dolido por lo que me dijiste en el bar, Marco—

—Lo sé, perdóname, no quería hacerlo, nunca me darías asco, de verdad—

—Perdón Marco, pero..—

—Te amo—

—¿Q-qué?—

—Te amo Brian, no sé porqué actúe tan torpemente pero me vuelves loco, desde la primera vez que te ví, no sabía cómo reaccionar porque es la primera vez que me gusta un hombre y no sabía cómo decírtel...—

En ese momento todo se congeló, Brian había tomado mi rostro para juntar nuestros labios en un cálido beso. El tiempo se detuvo, todos habían desaparecido, sólo estábamos los dos, él y yo, no me importaba nada más que eso.