―Sí, están muy bien, Shinji ―dijo Kaworu amablemente― Me he fijado que el cinco siempre lo pintas de amarillo. ¿Es por algo en especial o es sólo suerte?

―Todos los números tienen su color en mi mente. El cinco es amarillo, el dos siempre lo hago rojo, el uno y el cero son blanco y negro... ―explicó― ¡Eso lo hace más divertido!

―Ya lo creo... ―Kaworu miró su cuaderno― Yo siempre hago los números y letras del mismo color...

―Ajá, pero haces los signos de sumas con rojo ―Shinji señaló el cuaderno de su amigo y profirió una pequeña risita.

―Ah, bueno, sí... es que así se ve más ordenado ―sonrió Kaworu―. También las mayúsculas las pongo con color rojo.

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Un poco más tarde, en plena media hora de la siesta, Shinji se encontraba despierto y leyendo en una mesa con Kaworu.

Casi todos dormían mientras ellos leían "Sapo y Sepo son amigos" en voz baja. Se turnaban para leer una página cada uno.

Aquel era uno de los libros predilectos de Shinji en el estante, y el que casi siempre acababan leyendo. Para Kaworu a pesar de ser muy simple, no era para nada aburrido, así como lo eran la mayoría de los otros cuentos y libros. Y estaba decorado en un estilo antiguo, muy bonito.

―Sapo y Sepo se divierten tanto... Me gustaría vivir en un mundo como el de ellos... ―dijo Shinji, haciendo una pausa a su lectura.

―Sí... Su mundo es tan perfecto. También me gustaría vivir allí... En medio de un bosque...

―Sin preocupaciones, sin adultos, comiendo helado, regando el jardín, hablando con mis amigos animales... realmente me gustaría vivir así un día... ¿Y a ti, Kaworu?

El chico observó sonriente a su amigo, esperando una respuesta. Kaworu no estaba muy seguro de sus palabras pero no pudo evitar sacarlas de sí con todo fervor.

―Sí, de hecho, te prometo que un día te llevaré a vivir al bosque conmigo.

En seguida a Shinji le brillaron los ojos al oir tal declaración.

―¡Sí! ¡Lo sabía! Seremos como Sapo y Sepo y viviremos grandes aventuras... Algún día ―dijo Shinji desbordando alegría.

―Sip. Yo seré Sapo ―se apuntó a sí mismo― Y tú Sepo ―apuntó a su amigo.

―¿Por qué yo Sepo? ―preguntó curioso.

―Pues porque te queda bien Sepo. Además es el más bajito...

―Ah, bueno ―se encogió de hombros― Tienes razón.

Shinji estaba a punto de seguir leyendo pero fue interrumpido una vez más por Kaworu.

―Oye Shinji... y... Bueno, hablando de Sapos y Sepos... ―desvió la mirada hacia arriba― Dime, ¿Te gustaría ir a mi casa este fin de semana?

―Claro, Kaworu... ―Shinji creía que ya era hora de que se lo propusiera― Hoy mismo le preguntaré a mi mamá. Sería el sábado ¿No?

―Sí, eh... ¿Te gustaría quedarte a dormir? ―se rascó la cabeza algo tímido― Podríamos hacer una pijamada y divertirnos mucho con mis juguetes.

―¡De acuerdo, sí quiero! Le tendré que preguntar a mis padres si me dan permiso o no. En la tarde te llamaré para decirte.

―Muy bien ―mostró contento su clásica sonrisa gatuna― Diles que iríamos por ti a tu casa, en auto.

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Más tarde, a la salida, los amigos ser despidieron como siempre y fueron con sus madres.

Shinji corrió entusiasmado hacia Yui y la abrazó.

Seamos amigos (KawoShin)Where stories live. Discover now