--- No es necesario que me de sermones, ya no soy una niña.

--- Lo sé --- suspiró --- eres una madre preocupada. Por más que te digan que te calmes, incluso ellas misma harían lo mismo si estuviesen en tu lugar --- dijo refiriéndose a las chicas.

--- Entonces déjenme ir.

--- Estuviste a punto de entrar a la zona, pudiste haber muerto, Sarada. Debes pensar en tu...

--- ¡Lo hago! --- alzó la voz --- ¿Qué crees que he estado haciendo todo este tiempo? Se como es mi hijo, se de sus cuidados y por eso no me puedo quedar aquí sin hacer nada ¡No puedo!

Se levantó y camino hacia la ventana donde inhaló profundo, se llevó las manos a la cara y notó el pedazo de papel entre sus guantes, No se había percatado de que lo tenía, curiosa, lo abrió y encontró un número telefónico.

--- Sarada...

--- Lo entiendo, padre. Quiero estar sola y descansar --- miró al costado de la cama y para comprobar si  había un teléfono --- Te prometo que no me iré.

El pelinegro suspiró y terminó aceptando, con una mano en el hombro de su hija, se retiró.

La Uchiha se sentó y tomó el teléfono ¿Debía hacerlo? La duda la comía por dentro ¿por qué tendría aquello?

Los ojos fucsia de Kagura creían que achicándose podrían saber quien era Bolt, pero necesitaba más que palabras para comprobarlo, ya que su amigo era un necio.

--- Oye Bolt --- dijo llamando su atención --- ¿Haz pensado en lo que te dije?

--- Sí, y sigo creyendo que es una locura, se más realista Kagura.

--- ¿Realista? --- negó repetidamente y rió con ironía --- ¡Por Dios Bolt! La idea de que ese niño es tu hijo es más real que tu matrimonio.

El rubio frunció el ceño ligeramente y rodó los ojos para luego suspirar. Él mismo sabía que era la verdad.

--- Ya se quien es su madre.

--- ¿Qué? ¿Quién es?

--- No lo sé --- se encogió de hombros.

--- ¿Cómo que no lo sabes?

--- Sólo la vi, pero ocurrieron problemas.

--- ¿Cómo sabes que es ella? --- enarcó una ceja.

--- Tienen cierto parecido --- miró al niño.

--- Ah... supongo que lo ojos ¿verdad?

Él asintió, sin duda alguna eran idénticos y unicos.

--- Ya veo ¿era guapa? --- preguntó apoyándose en un Buró y sonrió al ver la mirada del rubio

--- No lo sé.

--- ¿Cómo no vas a saber? Le hiciste un hijo --- susurró lo suficientemente audible para el rubio.

--- Kagura...

El aludido rió al ver la mirada fulminante.

--- Como sea --- ladeo el rostro y se rasco la barbilla --- Nos vemos después --- sonrió para luego salir dejando algo anonadado a Bolt.

Después de escuchar la puerta cerrarse le prestó toda su atención al niño. Le había dado un gran susto el saber que le puso ocurrir algo. Se acercó y acarició sus mechones, notó que eran lacios y se deslizaban como agua en sus manos tal y como los cabellos de esa mujer.

Era su madre.

Le era preocupante verlo ahí tumbado y respirando con dificultad. En la mañana estaba bien, pero ahora que lo pensaba no se detuvo a tomarle la temperatura, sólo salió directo a Japón.

Podría morir y esperarte otra vida [3]✓Where stories live. Discover now