Capítulo IV: Trampas

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−Bueno, ya hecha la repartición de personajes, los ensayos y la lectura del guión, vamos a proceder con la filmación... -Nicolás se sienta en la punta de la mesa con una grilla que expone frente a sus ojos porque no quiere equivocarse en ningún detalle- las fechas ya las teníamos programadas pero vamos a empezar con la filmación de exteriores éste fin de semana. Lali y Peter se vienen conmigo y el equipo, y el lunes al regreso empezamos con la filmación de interiores con todos los demás en el hotel que ya mencionamos.

−¿Al final pudieron conseguir el que vieron en Pilar? -pregunta Michel Noher que ceba un mate y se lo arrastra a Brenda que está sentada a su izquierda.

−Sí, así que ya les voy anticipando que los interiores se filman allá.

−Alguien que me lleve porque ya no tengo el auto -Delfina levanta la mano en la que sostiene un churro azucarado. Le habla al grupo en general y algunos ríen.

−Perdón... -Peter se inclina un poco hacia adelante, cruzando los brazos por encima de la mesa- ¿Cómo al regresar? ¿A dónde nos vamos?

−Los exteriores de ustedes los vamos a filmar en la costa atlántica, en una locación que se alquiló en Mar de las Pampas -dice, y Lali se atraganta con el otro mate. Malena tiene que darle un par de golpecitos en la espalda cuando empezó a toser- ¿Estás bien?

−Sí... -y se limpia la boca con una servilleta que Valentina Bassi le arrastra desde el otro lado de la mesa- ¿Por qué allá?

−Las escenas del pasado de Hernán y Paulina ocurren en la cabaña en la que vivían con sus padres y también en un bosque. Con la producción trabajamos en la búsqueda del lugar ideal y lo encontramos ahí -y ella asiente sin volver a emitir palabra- bueno... después con lo que respecta a los horarios de la jornada, vamos a dividirnos los días dependiendo la participación de cada personaje... −pero todo lo que Nicolás vaya a decir posteriormente, se volvió eco para los oídos de Lali que volteó la cabeza para cruzar mirada con Peter que estaba estirado en la silla jugando con la lapicera.

−Es una joda, ¿no? -le susurra al inclinarse un poco hacia él.

−Mar de las trampas... −esboza después de expulsar el aire suficiente; ella sonríe al mostrar todos los dientes y después regresan la vista al director que continúa hablando.

Así que durante esos cuatro días y medio de tiempo libre, todos los actores aprovechan a terminar de repasar los guiones y a estudiar las psiquis de sus personajes. Pero también aprovechan para reunirse con amigos, dormirse a las cinco de la madrugada y levantarse diez horas después cuando el almuerzo ya pasó su curso. Disfrutan esos últimos días no porque no vayan a disfrutar después en el transcurso del rodaje, sino porque cuando la filmación se da por comenzada, las jornadas se vuelven largas, arduas y a veces tediosas. Entonces hay que tener el cuerpo sano y la mente descansada, apta para soportar hasta más de diez horas diarias de filmación. En esos cuatro días y medio, Peter hace un asado para reclutar a sus amigos del club y también visita una radio con la que tenía pautada una entrevista. Pero no cuenta sobre la nueva película, aunque deja las puertas abiertas de un nuevo proyecto que se está gestando. También asiste al cumpleaños de una prima y con sus hermanos van a comer a la casa quinta de un amigo en común. Relee por última vez las escenas que debe actuar ese fin de semana en la costa atlántica y en mitad de una conversación con Eugenia vía whatsapp, le juega a las adivinanzas para que empiece a tirar opciones del lugar en el que debe volver a filmar. Y después de tantos intentos fallidos, cuando le cuenta que se trata de Mar de las Pampas, ella le escribe una carcajada extensa en mayúscula que lo contagia. Por su parte, durante esos cuatro días y medio de tiempo libre, Lali toma mates con Santiago en el sillón de su departamento al mismo tiempo que arregla asuntos sobre su nueva música. Se encuentra con sus bailarinas amigas para ensayar las modificaciones que Denise se atrevió a cambiar en la coreografía y después llega sin avisar a la casa de sus padres para cenar en algún restaurante. También ensaya la letra caminando por toda la extensión del departamento y tiene una conversación grupal con María y Candela vía celular. Ella manda muchos emojis con carita de sorpresa luego de contarles que tendrá que viajar a Mar de las Pampas para rodar algunas escenas con Peter, y no pasaron dos segundos que Candela expulsó todos los recuerdos que se le conglomeraron en la cabeza y que, claramente, se los trasladó a Lali.

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