Capítulo 2.- Premonición.

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Se encontraba varado sobre lo mas alto del barco viendo a los lejos un imponente edificio blanco y en este se dejaba ver la silueta de una persona que no apartaba su vista del cocinero -<<¿En dónde estoy...? ¿Qué es este lugar...? >> -Al percatarse de la misteriosa silueta, pudo notar que de ella se reflejaban unos brillantes y hermosos ojos de un color rojo carmesí -<<¿Quién eres tú...?>> -Se preguntaba en sus adentros sin aun lograr distinguir la presencia de aquella persona. En eso, vio por un momento a sus pies y a sus manos y se dio cuenta que llevaba un traje de color negro, pero no era su acostumbrada vestimenta, era otra y a sus espaldas llevaba una larga capa -<<¿Qué está sucediendo...?>> -Pero antes de poder dar un paso para ir hacía aquel lugar, comenzó a sonar una pequeña alarma que lo sacó de su sueño.

Abrió lentamente los ojos y se quedó un rato recostado de cubito supino analizando aquel extraño sueño. Se levantó quedando sentado sobre la hamaca y observó al resto de sus nakamas quienes aun estaban dormidos -<<Otra vez ese sueño... >> -Dijo en sus pensamientos al recapitular la extraña escena; durante estos últimos quince días ha tenido el mismo sueño, en un principio fue algo que tomó de poca importancia, hasta el quinto día que comenzó a dudar al ver ese lugar y a la persona de los bellos ojos rojos. Prefirió mejor dejar a un lado el asunto y comenzar la mañana en preparar el desayuno para sus camaradas.

[*****]

Antes de continuar, empecemos desde el principio. Después de lo sucedido por la pelea fallida contra ese maldito robot, gracias a su habilidad, terminé en medio de una isla repleta de hombres extraños que tienen el afán de convertirme en uno de ellos, habían pasado dos días desde que llegué a la famosa isla Okama. Por más que había querido, no encontraba un rato de paz y del cual me dejara dormir aunque sea por cinco minutos. Hasta que a la noche del tercer día encontré un perfecto escondite para que ninguno me encontrara. Se trataba de una cueva, era algo pequeña, pero perfecta; entré y al recargarme en la pared del lugar cerré mis ojos por un momento y al volverlos a abrir, estaba en frente mío una puerta corrediza. Sabía que al fin había entrado en mis sueños. Abrí la puerta y encontré a una hermosa mujer. A simple vista uno diría que se trata de una diosa... Pero era alguien mucho mas importante, se trataba de... –Yuko-san...

Yuko se encontraba contemplando el brillo de las hojas de cerezo. Aquellas luces entre rosa y violeta que iluminaban el oscuro paisaje en el que se encontraban nuestros dos protagonistas. Al escuchar la voz de su cliente, volteó a verlo y le dedicó una serena sonrisa –Me estaba comenzando a preocupar... Supongo que no es necesario decírtelo ahora que estás separado de tus camaradas... –En eso mostró un gesto de tristeza –En verdad yo...

-Está bien... Sé por qué no me lo dijiste... Era algo inevitable... –Sanji sonrió –Estoy feliz de verte... No sabes el infierno que he pasado durante estos tres malditos días... –Suspiró y fue hacia donde se encontraba la sacerdotisa -¿Cómo has estado...?

-Muy bien, gracias... No me han llegado más clientes desde la última vez que nos vimos...

-¿Segura que estás bien...? –Preguntó con preocupación.

-Descuida, no pasa nada.

-¡Me alegra saber eso! En verdad creo que ese trabajo es muy cansado. Te mereces unas buenas vacaciones... –Los dos se sentaron bajo el árbol para contemplar mejor las luces –Es un hermoso sueño... Tienes muy buena imaginación...

-Este lugar... Llegó a existir en algún momento de mi vida... –Miró con nostalgia a aquel panorama –Me trae muchos recuerdos...

-Deben ser muy hermosos tus recuerdos...

EnishiWhere stories live. Discover now