Capítulo veintiuno

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Un mes después



Berlín-Alemania,

30 de noviembre del 2014



Más de un mes había pasado y todo había regresado a la normalidad, bueno, casi todo.

"Lo lamento, pero no puedo hacerlo, Gabriel. Yo no podría amarte, no cuando tengo a alguien como Stephan a mi lado".

Aquellas palabras fueron suficientes para romper el corazón del agente.

Una declaración que bastó para que él se diera cuenta que se había equivocado, tal vez la muchacha no lo amaba como él a ella. Por lo tanto, Gabriel llegó a comprender que Charlotte no deseaba más que tener una amistad, aunque a estas alturas, eso ya no era posible.

Con el paso de los días, Charlotte y Alice arreglaron sus diferencias gracias a la intervención del adorable pelirrojo que tenían como amigo en común. Sin embargo, Alice no estaba del todo convencida que su mejor amiga debía permanecer al lado de alguien como Stephan Burkhard, pues creía firmemente que muy en el fondo la ex princesa sentía algo más que cariño por ese agente suyo.

Siendo noviembre, el semestre universitario terminaría pronto, era cuestión de días para que Charlotte Luttenberger se graduara y se convirtiera finalmente en abogada. La muchacha había estado esperando a que ese momento llegara desde hace mucho y habría disfrutado de esa etapa de su vida en otras circunstancias, pero en estos momentos simplemente no podía. Todo en su vida no andaba bien desde que él le confesó sus sentimientos.

Stephan ya estaba de regreso en Alemania después de un largo tiempo fuera a causa de los negocios de su padre. Sorprendentemente, estos meses trabajando a la par de su padre e involucrándose más en la empresa familiar había hecho milagros en el comportamiento del busca problemas favorito de la prensa Alemana. De alguien irresponsable e inmaduro, pasó a convertirse en un joven responsable y trabajador, lo cual agradó a su padre, quien le atribuía ese cambio radical en su único hijo a la relación que sostenía con la hija menor de Arthur Luttenberger. No obstante, lo que Adolf Burkhard desconocía es que esa relación estable y aparentemente sólida estaba por desmoronarse en cualquier momento.

— ¿Por qué tanto misterio? — le preguntó Alice que se encontraba sobre la cama de Charlotte leyendo una revista —. Si tu hermana está muy entusiasmada y nos invitó a Jeremy y a mí, quiere decir que algo trama, ¿no?

Charlotte que retocaba su maquillaje en el tocador, asintió.

— ¿No sabes nada al respecto? — le volvió a preguntar y ella negó —. Se debe tratar de una ocasión muy importante para que vaya a venir el padre de tu novio y otros invitados, ¿no lo crees?

— Lo único que sé hasta el momento es que Stephan invitó a un amigo suyo y a su novia. — acotó inocentemente, sin saber lo que le esperaba.

— ¿Lo ves? Todo un misterio — ironizó — ¿A qué hora vendrá tu novio y tu suegro?

Charlotte giró a verla.

— Alrededor de las siete — respondió —, y ya creo que es hora que hagamos acto de presencia, no quiero que Robin venga a buscarme.

Alice que vestía un elegante vestido corto y negro, se levantó de la cama y se dirigió hacia el tocador. La muchacha notó que su amiga estaba nerviosa por alguna extraña razón, así que no dudó en calmarla.

El Secreto de la PrincesaWhere stories live. Discover now