carta para una madre.

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No existe nada que compense el amor real de una madre: aquella que sin importar la situación siempre estará con nosotros, que pese a la edad, su vida daría a favor de la nuestra.
Son tan maravillosas, que se les concedió el acto de ser endiosadas en un mundo de mortales.
El precio que pagan por dar vida, y recorrerla junto a nosotros es incomensurable, su peso y calor no se puede medir en oro, o en años transcurridos, solo se puede medir en lo recíproco de nuestro vivir, y en lo digno de nuestro vivir. Aquellos seres bañados en en paciencia, dotados de un conocimiento intrigante, y armadas con amor verdadero, ni nos queda más que desearles el bien, abrazarlas cuando se pueda, besarlas, y sobre todo, ser lo aquello que siempre soñaron para nosostros. Alarma libres y llenas de amor

Borrascas Del Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora