Sandra me mira confundida.

¿Por qué? ¿Por qué lo haces?

—Tengo mis razones. —Me encojo de hombros.

—¿Y cuáles son esas razones? Sabes que tienes que informarnos sobre todo lo que haces que podría afectarla. —El tono de Vincent se endurece.

—Pensé que ese era el trabajo de Aidan —bufo.

Se quedan en silencio, compartiendo miradas y gestos.

—Nunca nos has desobedecido, Shadow. ¿Cuáles son tus motivos? Este es un tema muy importante, sabes que no puedes jugar con esto. —Vincent mantiene la calma.

—No me digas que te has encariñado con ella. —Sandra usa un tono de burla, pero sé que su pregunta es seria.

—Podría matarla ahora si me lo ordenaras. —Sueno tan seguro como quiero, lucen sorprendidos por un segundo. Sonrío bajo mi máscara—. Solo estoy haciendo lo que se me ordenó. Es mejor si ella recupera sus recuerdos uno por uno a que los recupere todos de golpe —explico para calmarlos; lo último que necesito es ser considerado un traidor. Mi lealtad es lo único de lo que estoy orgulloso.

—Oh... Tiene razón, Vincent —afirma Sandra, mirando al líder—. Sabemos que ella necesita estar emocionalmente estable. Y si recupera todos sus recuerdos al mismo tiempo, puede volverse realmente inestable.

—Pero si los recupera uno a uno, podrá asimilarlos en un proceso más estable. —Vincent terminó la idea por la mujer.

—Exactamente. —Sandra me sonríe—. Eres inteligente, Shadow. —Sus ojos vagan por mi cuerpo, pero la ignoro.

—¿Cómo está? ¿Cuánto ha recordado? ¿Sigue creyendo que es una vampira convertida? —pregunta Vincent, poniéndose de pie.

—Sí, ella solo recuerda algunas cosas sobre su madre y su hermano —respondo con indiferencia.

—¿Y sobre su padre? —inquiere Sandra, preocupada.

—Aún no.

—Ya veo. —Vincent se frota la barbilla. Hay un prolongado silencio entre nosotros; no es incómodo, ya que todos estamos acostumbrados al silencio y su quietud.

—¿Algo más?

—Sus poderes. ¿Alguna señal?— La pregunta del líder está cargada con inquietud.

—Unos pocos, pero nada de qué preocuparse.

—¿Nhyme? —Sombría habla por primera vez.

Meneo la cabeza, Marsha interviene:—Aidan nos ha contado que Milosh pertenece al clan más cercano del nuevo escondite, ¿crees que será un problema?

—Puedo manejar a Milosh.

Vincent vuelve a mirarme

—No lo subestimes, Shadow.

No digo nada.

—Bueno, creo que eso es todo por esta noche. Vamos a venir muy seguido para verificar su progreso. Debes mantenernos informados sobre ella —ordena el líder, y yo solo asiento.

Todos se ponen de pie y caminan en silencio hacia la puerta. Sandra es la última que queda en el lugar.

—Siempre es un placer verte, Shadow —dice, dirigiéndose a la puerta, pero se detiene a mi lado. Puedo oler el perfume de flores que lleva; se inclina hacia mí para susurrar al oído—: Si necesitas compañía en esta casa solitaria, házmelo saber. —Sus labios rozan mi oreja, pero no siento nada; ella lo nota y da un paso atrás—. Y ten cuidado con la chica. Si te apegas a ella, será la más afectada. —Tras eso, sonríe y desaparece.

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