Capítulo 11

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—¿Saltasteis de una ventana?–

—¿Una casa en ruinas?–

En el albergue, Arlet les contó lo sucedido a Erick y a Marina, que parecían asombrados.

Después de salir de la casa, que terminó derrumbándose y siendo comidilla del barrio, Arlet volvió al albergue. Zack y Raven se fueron por otro lado, sin decir mucho más.

—Entonces... Ese ladrón y tu os conocíais.– dijo Erick.

—Mas o menos, la noche anterior nos encontramos por la ciudad.–

—¿Hiciste de las tuyas sin nosotros? Normal que estemos tan aburridos, si haces tú todo.– Marina se tiró sobre la mesa.

Arlet tenía la cara llena de magulladuras, se había limpiado todo el polvo antes. Pero la pelea la había dejado alguna que otra marca. Había pasado la noche oculta en un callejón y se había encontrado con sus amigos al llegar la mañana. Había recuperado casi todo el maná que había perdido, tras usarlo casi todo en el intento desesperado de que la casa no cayera encima de ellos tras lo ocurrido.

—Menos mal que no nos tenemos que encontrar más con esa panda de ladrones.– dijo Erick tomando un sorbo de limonada. —Que sepas que si llego a estar ahí todo habría terminado más rápido.– se chuleó.

"Y hubiera terminado con nuestra muerte."– pensó Arlet.

—Que ganas de irme de esta ciudad y no volver nunca.–

—¡Pero todavía tienen nuestras cosas!– se quejó Marina.

—¡Por todos los dioses! ¡Es cierto!.–

Después de todo lo que pasó se les había olvidado lo más importante, por lo que había empezado la pelea.

—¿Pero no se os ocurrió cogerlas cuando salimos tras Raven?

Los dos muchachos se miraron entre ellos preocupados. Arlet suspiró.

—Que desastre... Antes de seguir nuestro camino debemos ir a por nuestras armas. ¿Queda claro?– dijo Arlet mientras se levantaba de la mesa.

—¡Si!– Marina se levantó de la mesa decidida. Sin embargo Erick gruñó desganado.

—He dicho que si queda claro.–

—Síii...– se levantó de la mesa, se bebió la limonada de un trago y se unió a las dos chicas.

Pagaron al mesonero y tras esquivar a un par de hombres mugrientos que tomaban hidromiel llegaron a la puerta. Cuando la abrieron se toparon con dos personas.

—¿Podríamos hablar un momento?

✴✴✴

Llegaron al callejón del otro día. Arlet, Erick y Marina con Zack y Raven. Antes habían cortado el paso del grupo cuando salían del bar, y les habían llevado hasta allí. A lo lejos se escuchaba el bullicio de la ciudad, amortiguado por las estrechas paredes. Ambos iban encapuchados, Raven llevaba una gran bolsa de piel, y miraba hacia un lado. Después de un rato se rompió el silencio.

—Y bien, que es eso de lo que queréis hablar.– dijo Erick en un tono soberbio.

Zack dio un codazo a Raven. Esta  gruñó a su hermano. Cogió aire y habló.

—Después de todo lo que ha pasado...– hablaba lento y sin mirarles a los ojos. —...después de lo de ayer aquí y después en... la casa...– a Raven la costaba hablar, era como si quisiera decirles algo, pero no la salían las palabras.

Se movió un poco para un lado, la bolsa que llevaba tintineaba como si dentro hubiera algo metálico y un gran palo de madera se escuchó rodar por el suelo. Eso llamó la atención de los chicos y Raven agarró la bolsa con más fuerza.

Endless Dragon RevolutionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora