Capítulo VII - A solas

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CAPÍTULO VII – A solas

No supe que decir. Esa declaración había sido muy repentina. Sí,yo sabía que entre nosotros había algo más que un simple compañerismo o amistad, pero no sabía hasta que punto iban sus sentimientos. Y tampoco sabía hacia donde iban los míos.

Para cuando quise darme cuenta, la azafata nos estaba pidiendo que nos sentásemos y abrochásemos nuestros cinturones. Seguía dándome vueltas a las palabras de Dylan mientras el avión se estabilizaba en el aire.

De repente el avión dio unas sacudidas y fue cuando yo empecé a marearme, debido al cúmulo de cosas. Me desabroché el cinturón y caminé hacia los dormitorios del jet, que se encontraban en la parte trasera.

-¿Te encuentras?- Dylan apareció a mi lado. Parecía preocupado.

-Me siento mal...

Me cogió por la cintura, haciéndome estremecer, para guiarme hasta donde yo quería ir. Abrió la puerta y me depositó con cuidado en una cama redonda llena de cojines. Noté como se disponía a salir, pero algo en mi interior me impulsó a tomar su mano y hacerle girar para quedar frente a mí.

-¿Por qué ahora?- susurré sin dejar de mirarle.

-No lo sé, Summer. Solo sé que quiero estar contigo pero cada vez te siento más lejos...- su mirada era penetrante.

No dije nada. No podía. Solo pude mantener esa mirada que tanto me atraía y, a la vez, tanto me repelía. Atracción por lo que el me hacia sentir. Repulsión por ser quien era y cual era su círculo más cercano.

Percibí como cada vez nuestra distancia era más corta. Dylan se estaba inclinando hacia mí, con intención de rozar sus labios con los míos. Yo, por supuesto, no me aparté.

Sus labios buscaron los míos, encontrándolos en un beso tierno y dulce que nos dejó a amos sin respiración. Su mano estaba debajo de mi mentón, evitando que pudiera separarme de él. Poco a poco el beso fue profundizándose a la vez que me empujaba sobre la cama. Enredé mis brazos en su cuello y tiré de él hasta que se colocó sobre mí.

Su cuerpo presionó el mío sobre la cama, una presión realmente deliciosa que me hizo suspirar contra su boca. En un momento se separó de mis labios y me miró desde arriba, como pidiendo permiso. Al parecer, lo que vio en mis ojos le dio permiso para empezar a meter sus manos por debajo de mi blusa.

-Dylan...- jadeé cuando sus manos rozaron el borde de mi sujetado. Me estaba volviendo loca.

Sus labios bajaron hasta mi cuello. Nuevos suspiros salieron de mi boca, suplicando tener su cuerpo más cerca del mío. Mientras continuaba besando mi cuello, pude notar como su manos comenzaban a desabrochar mi blusa y como sus besos trazaban un camino desde mi cuello hasta el inicio de mis pechos.

Me daba besos tiernos por todo el cuerpo, siendo cuidadoso y estando atento ante el menos indicio mío de querer parar. Sin embargo, mis sentidos reaccionaban ante su roe y pedían más. Mi corazón latía desbocado, mi cabeza daba vueltas debido a todas las sensaciones que mi cuerpo estaba sufriendo, y mis manos estaban empezando a tomar cuenta de sus musculosos brazos.

Cuando quise darme cuenta, estaba sobre la cama sin blusa y con el sujetador a medio desabrochar. Las manos de Dylan jugaban con mis senos o comenzaban a descender por mi abdomen para intentar alcanzar el botón de los pantalones.

Amor de Contraportada [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora