Crushed roads

Prólogo

Cuando la miraba solía pensar que era una solitaria y extraña persona que solo se sentaba en esa banca que parecía como si fuera exclusivamente suya. Siempre llevaba con ella un lápiz o una pluma, un cuaderno y escribía de todo.

En realidad en ese entonces no sabía lo que realmente escribía.

Para la mayoría que pasaba por ese pequeño parque la conocían como la chica de la banca y el cuaderno "al parecer un día llegó, no se hace cuantos meses, pero desde que escogió esa banca ha sido como de su pertenencia" "tiene esquizofrenia" "el día que se iba a casar su prometido se sintió mal, tenía cáncer en el estomago, murió ese mismo día y ella nunca lo superó" "lo único que sé de ella es que vivía con su ex esposo Carter Lane en Atlanta al parecer era un policía muy reconocido por allá"- eran de las pocas cosas que se decía de ella o de las pocas que yo había escuchado de la gente que hablaba de la chica sin reparar en que se encontraba a pocos metros.

Ella era delgada, parecía como si nunca comiera bien, su piel era morena pero no un moreno oscuro o quemado sino que un moreno canela y de su piel resaltaban unas pequeñas marcas blancas que se asomaban en sus piernas cuando usaba ese short roto que tanto le gustaba, sus pies eran pequeños al igual que su estatura, su cabello era rubio oscuro, algo muy similar al castaño claro pero no el mismo tono, con un rizado muy peculiar.

Recuerdo que solía sentarme, mirarla por horas y horas hasta que me aburría de parecer un acosador o hasta que al parecer ella se daba cuenta de que la miraban o creo que ese era el motivo por el que ella miraba a todas partes como si buscara algo o a alguien.

En mi mente mantengo arraigado que nunca se dio cuenta de mi presencia, ella solo vivía pensando en su cuaderno o al menos eso parecía cuando se encontraba en el parque.

Nunca la vi ser acompañada por alguien, por eso llegué a pensar que era huérfana, más eso no coincidía con lo que se decía de ella.

Su rostro demostraba muchas emociones cuando escribía, pero mas que eso parecía como si los años nunca pasaran, hasta llegué a dudar de la edad que yo creía que ella tenía, a pesar de mi duda nunca llegue a preguntarle su edad, no al menos en ese entonces, cuando no me atrevía a cruzar palabra con esa desconocida.

"Esas fueron las primeras cosas de ella que llamaron mi atención"

El verdadero motivo por el que siempre me encontraba de regreso en ese parque era porque ella se convirtió en mi inspiración para realizar bocetos, esos bocetos, luego se convirtieron en mis obras y ella no solo era mi inspiración, era mi musa y la razón de la mayoría de mis obras; aquellas que mantenía en mi lugar especial, el único problema, era que ella no sabía nada de eso.