-Cariño ¿Sabes en donde quedó mi... - volteó al fin a ver como estaba acostada, y note por su tono de voz que estaba nervioso - Linda - se acercó y se sentó a mi lado, y yo solo pensaba, estoy ganando, a menos que quiera taparme por que crea que puedo resfriarme - Cariño - sentí el calor de su mano aproximarse a mi cintura, dudó en hacerlo pero al final lo hizo, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo cuando el pasó su mano desde mi cintura hasta mis glúteos donde se detuvo - ¿En verdad quieres dormir? - y con eso había caído en mi trampa -

-¿Qué quieres hacer? - pregunté con algo de sueño y la voz adormilada - Si quieres salir puedo cambiarme rápido - intenté levantarme de la cama pero el me sustuvo de la cintura -

-Mi plan es que te quites la ropa - sonreí burlona y le hice caso, quité mi sostén y el bajó mis bragas, las cuales ya había mojado, solo en el momento en que planee el asunto -

-Quítate la toalla Tom - el se levantó de la cama se quitó la toalla que envolvía su cintura y se fue sobre de mi, comenzamos a besarnos con mucha pasión, habían momentos en que me faltaba el aire, abrí las piernas y el pudo acomodarse en medio, apretaba mis senos con sus manos, hasta que su mano izquierda descendió hasta mi feminidad, y comenzó a jugar con sus dedos, sentí uno de ellos en mi entrada y de inmediato lo detuve - No Tom, te quiero a ti - ya no podía esperar más solo lo quería dentro de mi, con su mano dirigió su miembro hasta mi entrada y entró de lleno, de golpe y con demasía fuerza que no pude evitar gritar - ¡Tom! -

-Estas tan apretada - yo mantenía mis ojos cerrados, apenas estaba acostumbrandome a su tamaño - ¿Qué tan tierno quieres que sea? - lo miré directamente a los ojos, y notaba en ellos la lujuria -

-Duro y rápido - sonrió de manera maliciosa y haciendo caso a mis pedimentos, comenzó a embestirme tan rápido como podía, se oía el sonido de la cama chocar contra la pared, y nuestros gemidos eran ya muy fuertes en la habitación -

-Tendrás que morder alguna almohada - me dio vuelta de una maniobra rápida, elevó un poco mis caderas y sin previo aviso solo entró de lleno en mi, tuve que morder las sábanas para no gritar, el me sostenía tan fuerte que sentía sus dedos clavándose con fuerza en mi piel, hubo un punto donde me faltaba el aire, no podía ni siquiera gemir un poco, Tom se detuvo un segundo, que fue donde pude respirar profundamente llevó una de sus manos a mis caderas y jale una de sus manos hasta mi cintura, y de pronto el me abrazaba por detrás, no paraba sus embestidas todo lo contrario, eran cada vez más rápidas y más profundas, luego el ritmo fue aún más rápido, tanto que ya sentía dolor en la espalda, un potente grito salió de mis labios y seguido de mi Tom, estuvimos un segundo en la misma postura hasta que al fin nos separamos, nos acostamos al fin, estábamos más cansados de lo que creí - Perdón -

-¿Por qué? - uno de sus dedos señaló mis glúteos, giré a verme y me di cuenta que sus manos estaban marcadas, las marcas aún estaban muy rojas y parecía que se quedarían ahí por un buen tiempo - No crei que fuera hacerte daño - recargue mi barbilla sobre su pecho y miré a sus ojos, desde esa posición sus ojos se veían un poco verdes-

-No importan cielo, solo es una marca se quitaran más tarde - dije restando le importancia, lo cubriría con un pantalón o algo -

-Dejaran una fea marca, de un par de días, al menos no dejé más marcas debajo de tus piernas esas si podrían verse, creerán que tu novio es un abusador - solo atiné a sonreír, solo usaría ropa más abrigadora-

-Tom usaré pantalón entonces, nadie más las verá, además si hubiese podido estar más tiempo boca arriba seguramente tendrías la espalda arañada - el solo atinó a reírse y acaricio mi cabello con dulzura -

-Tienes razón, sabes este juego me agradó, la próxima vez que sea antes de que ya me haya duchado, sude demasiado - me acerqué más para darle un pequeño beso en los labios - Ahora si vamos por algo de comer - ambos fuimos a darnos una corta ducha, para después arreglarnos y salir a buscar algo de comer -

Cuando Nos Descubra La Casualidad Where stories live. Discover now