||•• Error ••||

Magsimula sa umpisa
                                        

Al despertar me estiré sobre la cama como de costumbre, hasta que el recuerdo de mi beso con Minho volvió a mi mente y el remordimiento me aplastó como una roca de una tonelada. “Mierda” susurré y me encaminé a la ducha para intentar despejarme. Minho me llevaba a la escuela todos los días, pero en vista de que estaba suspendido sería perfecto irme solo en autobús y no tener que verlo a la cara. “¿Ahora planeas evitarlo por siempre?” “No, solo por hoy… o por el tiempo que pueda hasta que sepa cómo reaccionar… ¿qué se supone que diga?” “Nada… o todo…” “O hago como que nada pasó, o inicio una conversación incómoda sobre que no puede volver a pasar…” Era prácticamente una estatua bajo la ducha, el agua caía sobre mí y yo solo miraba a la nada con los ojos abiertos mientras el nerviosismo crecía en mí.

Salí de la ducha, me puse el uniforme y bajé a la cocina a tomar un desayuno rápido en vista de que tendría que salir antes de casa para llegar a la hora a la escuela. Me preparé un emparedado, y lo metí a mi mochila junto con una manzana, tendría que comer en el autobús o se me haría tarde.

- ¿Estás listo?

Cuando me volteé ahogué un grito al encontrarme con Minho apoyado en el umbral de la puerta de la cocina. Su rostro lucía cansado sobre todo por las ojeras bajo sus ojos; su mirada se había vuelto tan dura como cuando llegó aquí. Asentí sin decir nada porque mis labios habían comenzado a temblar del nerviosismo. Le dirigí una corta mirada volví la vista al suelo. No podía mirarlo a los ojos, estaba avergonzado, confundido y ni siquiera sabía qué pasaba por su mente. Había planeado no tener que verlo, y ahora de todas formas iba a tener que enfrentar la situación.

Volteó sin decir nada más y caminó hacia afuera de la casa. Sacó el Mustang del garaje mientras yo esperaba en el porche de entrada, y cuando ya hubo cerrado la cochera caminé hasta el auto y me subí. Me acomodé sin decir nada y volteé a mirar por la ventana. Minho arrancó y como de costumbre encendió un cigarrillo. Encendió el radio también y supuse que al igual que yo tenía la intención de evitar la conversación incómoda. No dijo absolutamente nada en todo el viaje, y yo tampoco tenía pensado despegar mis ojos de la ventanilla y encontrarme con los suyos. ¿Qué se suponía que le dijera? Luego de habernos besado de esa manera definitivamente las cosas no podrían seguir iguales.

Cuando llegamos a la escuela, no aparcó junto a la entrada principal como lo había hecho la vez anterior en que no entró a clases, sino que viró hacia la derecha y entró al estacionamiento del instituto. Aparcó con lentitud en un espacio vacío y apagó el motor.

Nos quedamos en silencio unos segundos, mientras yo me quitaba el cinturón de seguridad y él apagaba el radio.

- ¿Quieres que pase por ti a la tarde? – preguntó fríamente, mirando por el espejo retrovisor.

- No te preocupes, puedo volver solo – respondí con suavidad intentando sonar amigable.

- De acuerdo.

Golpeteó el volante con sus dedos, mientras miraba al frente y humedecía sus labios con su lengua.

- Te veo más tarde – dije, y sujeté la manilla de la puerta para salir.

- Kibum – exclamó antes de que pudiera abrir la puerta y escapar de allí.

- ¿Sí? – me volteé a verlo algo asustado.

- ¿Podemos hablar un segundo? – sonaba tan incómodo como yo.

- Sí – susurré casi sin aliento, acomodándome otra vez en el asiento del copiloto, mirando mis manos que reposaban sobre mi regazo.

Lo escuché aclararse la garganta y luego habló.

- Escucha… lo de anoche… yo no estaba pensando claramente – volvió a aclarar su garganta, su voz sonaba concentrada y más profunda de lo habitual – ni siquiera sé por qué lo hice, nunca te besaría… lo siento... fue un error.

~Not Forget, Not forgive~ [Minkey]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon