Según Nerea puso un pie en el suelo de aquella sala, Aitana sintió como si hubiera visto al mismísimo Dios aparecer delante de sus ojos. Era realmente preciosa.
-Hola, bienvenidos —dijo Nerea con una sonrisa- ¿qué sabéis de los dinosaurios?
Los niños empezaron a decir detalles que sabían sobre ellos, interrumpiéndose unos a otros y formando unas frases que sonaban como ruidos ya que era imposible distinguir lo que decían.
—A ver, a ver, de uno en uno. Tú —Nera señaló a una niña.
—Pues... —pensó— Unos comían plantas y otros se comían otros dinosaurios, ¿verdad?
—¡Muy bien! —exclamó Nerea— ¿Sabe alguien como se llamaba cada uno?
—Los que comían hierba se llamaban herbívoros —empezó a decir Pablo— Los que comían carne, carnívoros.
—Vaya, vaya, parece que sabes sobre el tema.
—¡Es que me gustan mucho!
—Ya veo que a vosotros os gustan —dijo Nerea— Pero, ¿y a vuestros profes? ¿Alguno sabe algo?
Nerea se fue fijando en cada uno de los 4 adultos que había, hasta que paró su mirada en una chica morena. Parecía más joven que el resto, eso sin duda. Ella también la miraba.
Aitana veía como los ojos de Nerea estaban clavados en ella, no sabía si esperaba que dijera algo. Pero se quedó mirándola, al igual que hacía ella. Fueron escasos segundos, pero Aitana sintió como si hubiera pasado una eternidad.
—Eh bueno... —se decidió finalmente a hablar, pero no dijo nada más porque notaba como no podía articular palabras.
Notaba que todo el mundo la miraba, esperando que dijera algo, pero no podía decir nada. No sabía si eso se debía que realmente no tenía ni idea sobre dinosaurios o a que estaba nerviosa. ¿Nerviosa por qué?
—La verdad es que no sé gran cosa —terminó diciendo.
—Pues para eso estoy aquí —sonrió la rubia— Y os traigo una canción.
Tras pronunciar esas palabras, se oyó un murmullo de asombro proveniente del grupo de niños.
Eran muy grandes
Los dinosaurios
Por el aire volaban
En el mar nadaban
Los dinosaurios
Les había herbívoros
Había carnívoros
Había grandes, medianos
Pequeños como bichos
Y hace muchos años
Les mató un meteorito
Todo el mundo estaba dando palmas al ritmo de la canción que Nerea estaba cantando, con una sonrisa en la cara y moviéndose también al ritmo. Todo el mundo menos Aitana, que estaba embobada. ¿Embobada viendo a una chica cantar sobre dinosaurios? Menuda gilipollez. Sacudió la cabeza para 'despertar' y se puso a dar palmas junto al resto del grupo, fingiendo que se enteraba de algo.
YOU ARE READING
Museo de nuestra historia
FanfictionEste parece ser el peor verano de Aitana. Sola en su pueblo, cuidando de sus primos y para colmo, ahora tiene que llevarlos a un museo que ni le interesa. Pero quién le iba a decir que ese museo acabaría dándole algo maravilloso... idea original de...