Sinopsis

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Emergí entusiasmada del agua para poder contemplar el cielo estrellado por primera vez en mi vida aprovechando que mis padres estaban ocupados y no se darían cuenta de que rompía una de las reglas más importantes del reglamento, " las sirenas menores de 16 años tienen prohibido la salida al exterior".No entendía el porqué de esa regla pero tal vez era porque era demasiado pequeña para entenderlo, lo que si tenía claro es que no podría aguantar 6 años sin volver a ver aquel espectáculo reluciente que se extendía en el cielo.
Me encontraba cerca de la orilla y temía que algún humano me pudiese descubrir pero estaba segura de que ninguna sirena o tritón se atrevería a nadar por allí. Seguía mirando las estrellas hasta que el sonido de un piano me sorprendió, era sin duda una de las melodías más bonitas que había oído nunca. Me acerqué más a él hasta llegar a una casa de la que asomaba un balcón donde se encontraba el piano y un chico de pelo castaño que deslizaba sus dedos sobre él causando aquella melodía.
Me quede toda la noche allí únicamente oyéndole y reprimiendo las ganas de cantar para que no me descubriese hasta que dejo de tocar y desapareció en el interior de la casa.
La siguiente noche me arriesgue y volví a salir al exterior solo para oírle de nuevo a pesar de que podría meterme en un gran problema , no había dejado de pensar en él desde la noche anterior y apenas había dormido.
Cuando llegue al balcón le volví a ver tocando el piano pero esta vez no estaba solo sino que había una mujer junto a él que cantaba una canción que encajaba de maravilla con la melodía del piano, supuse que era su madre y esta vez no solo me centré en el piano sino en la letra de la canción para lograr aprendérmela.
La repitieron 3 veces más y después se quedaron hablando un rato pero no volvieron a reproducir aquella hermosa canción así que volví de regreso al palacio imitando la canción que cantaba la mujer.
Y durante 10 noches más tuve el privilegio de oír una y otra vez la canción que ahora no desaparecía de mi mente ni se despegaba de mis labios. Pero a la undécima noche cuando volví al sitio el cual ya era un lugar habitual para mi, oí una melodía diferente a la que solía tocar, esta era mucho más triste pero tras cometer algunos fallos volvió a tocar la que tanto me gustaba aunque esta vez sin la compañía de su madre; así que, aprovechando que no me escucharía cante la canción que tan bien me sabía y era tal mi concentración que la seguí cantando sin darme cuenta de que había dejado de tocar. Vi como una pequeña cabeza se asomó por la barandilla y me quede paralizada al saber que me había descubierto.
-¡Te vas a ahogar!- grito a la vez que se tiraba al agua para intentar socorrerme sin darse cuenta de que eso no pasaría ya que era una sirena.
Cuando cayó al agua vi que en realidad no sabía nadar así que le ayude y le lleve hasta la playa.
Tras permanecer un rato inconsciente abrió los ojos y se me quedo mirando fijamente.
-¿Estas bien?- le pregunte por miedo a que se hubiese quedado paralizado.
Bajo la mirada hasta mi cola de color rosa y rápidamente volvió a dirigir su mirada a la mía.
-E...E... Eres una sirena-notaba el asombro en su voz y me entró la risa al ver su cara.
Nos quedamos mirando durante unos minutos, era la primera vez que estaba tan cerca de un humano y apenas podía creérmelo, además era más guapo que los chicos a los que solía ver, me fije bien en sus ojos verde claro y me di cuenta que eran los mas bonitos que había visto nunca.Un rayo de luz que impactó contra la arena me hizo salir de mi asombro y darme cuenta de que estaba amaneciendo lo que quería decir que mis doncellas estarían apunto de despertarme y yo en realidad no estaría allí.
-¡Oh no, debo irme!-dije a la vez que me adentraba en el mar.
-¡Espera!,¿Volveré a verte?
En vez de contestarle me quite la cinta roja que llevaba en el pelo y se la lance, no pude ver como la cogía porque tenía que darme prisa en llegar al palacio si quería que no supiesen que me había escapado.

La melodíaWhere stories live. Discover now