01: Follow me

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El karma es una perra, Natasha lo sabía. Por eso, y por otros motivos que no venían al caso, siempre se cuidó de tener estos sentimientos indebidos. Siempre esquivó el flechazo definitivo (suena gracioso si lo piensas de esa manera, su mejor amigo es un arquero certero) aunque eso no le impidió tener líos de cama con algunos compañeros de misión. Pero no puedes ir y decirle eso a Steve Rogers. Si quiere protegerte, lo hará. Si quiere guiarte, lo hará. Si quiere ir y recibir una bala por ti, también lo hará.

Lo que nos trae aquí.

When darkness falls and surrounds you.

When you're fall down,

when you're scared and you're lost...

Natasha había sido valiente toda su vida. Menos ahora, que Steve estaba ingresado en un hospital de dudosa reputación en una ciudad miserable en algún lugar de Ucrania. Si quieres esconderte del enemigo, hazlo delante de sus propias narices, había oído decir, y por un tiempo había resultado. Ella se limitaba a huir, conociendo lo que ya conocía, pasando por ciudades que ella ya había visto cuando se encontraba en misiones, y vagaba... sin ningún rumbo. Se limitaba a caminar, a avanzar, a olvidar que estaba huyendo. En Odesa, Steve la alcanzó.

—¿Qué demonios haces acá? —increpó ella, levantándose de su asiento al verlo cruzar la entrada del bar donde se encontraba olvidando. Ingresó tan campante, como si hubiesen quedado de acuerdo en verse allí. Le dieron ganas de abofetearlo, honestamente.

—Maldición, Nat. Te he rastreado por más de quince ciudades. ¿Y así es como me recibes?

Ella escupió una maldición en ruso. Su sonrisa le había devuelto la vida. Y qué diablos, lo besó.

—¿Será esa una bienvenida apropiada para el tremendamente estúpido y odioso Capitán América? —preguntó, sonriendo. Sus mejillas se estiraron de forma incómoda, no recordaba hace cuánto tiempo no esbozaba una sonrisa. Por suerte él no lo percibió. Simplemente hundió su barba en su cuello y se limitó a ser él.

La sola posibilidad de no volver a ver esa sonrisa le congeló los dedos, apoyados en el cristal de la puerta de urgencias.

Be brave,

I'm coming to hold you now

Algunas veces corrieron. Otras, caminaron de la mano. Y cuando ya se estaban acostumbrando a la paz y a la templanza de esos momentos compartidos, se dieron cuenta de que a Steve lo estaban siguiendo. Se habían convertido en buenos compañeros, aunque es extraño de definir. Siempre habían sido buenos compañeros, la energía que circulaba en torno a ellos y esa extraña química que les envolvía cuando estaban juntos fue utilizada en misiones en más de una ocasión. No fue aquella la primera vez que Natasha besaba a Steve, pero ese episodio definió un nuevo tipo de confianza entre ellos. Ninguno de los dos lo llamaría una "relación", aunque ambos empezaban a preguntarse cuál era ese afán de buscarse, de saber si el otro estaba a salvo, de recorrer la mitad de las ciudades del mundo si el otro estaba en peligro. Pero ningún otro paso fue dado en esa dirección.

En Poltava les alcanzaron. Sus persecutores eran agentes del gobierno estadounidense, aunque no se atreverían a encasillarlos en una agencia en específico. Después de los eventos de lo que mundialmente se conoció como Civil War, S.H.I.E.L.D. era un nombre no grato en cualquier parte. Eso no les importaba mucho, porque los secretos de la agencia estaban protegidos en lugares donde nadie estaba mirando, y comprendieron que separarse ayudaría a disipar las inquietudes sobre lo que un grupo de metahumanos sin dios ni ley podían hacer sin permiso de nadie. Por eso Natasha emprendió contra Steve, olvidando esos momentos de paz y templanza que habían estado construyendo sin pretenderlo.

Marvel meets Muse: a collection of songficsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora