conatus est

9 0 0
                                    

Esa noche había tanta gente. De a poco me había ido acostumbrando al ambiente del llamado "Kubik". La gente te empujaba o mojaba según el estado que llevaba encima. A veces eran peores los sobrios que los borrachos.

Pero esa noche fue especial por llamarla de alguna manera.

Me Di cuenta que los humanos somos inmensamente estúpidos, cambiantes, arrogantes, penosos.

Si bien voy al boliche, me visto como mi personalidad me marca. Totalmente de negro, con mis borsegos y mi campera de cuero. No pretendo ser nada vistiendome asi, simplemente es mi esencia en su totalidad.

Recuerdo perfectamente haberme apartado de mi grupo Y levantarme la mascara para contestar a la insistencia de mi, hoy, novio.

--Si no te sentís bien me llamas, salís y nos vamos a dar una vuelta--

--son las 3 de la madrugada, tenes catorce años y estamos muy lejos, dormí por favor--

Apagué los datos sin darle lugar a súplicas, sonriendo levemente por su preocupación. Tal vez era menor que yo, pero lo amaba tanto que lo sabía desde hacía meses.

Borre la sonrisa al verlo, al ver lo que me ofrecía quien se me había acercado.

Me negué al cigarrillo. Probarlo una sola vez y ahogarme había sido suficiente a los trece como para saber a los dieciséis que no quería morir de aquella forma.

Además de ser asmatica.

Él se encogió de hombros y se alejó. Pensé que había acabado, pero regreso llamandome, ¿o lo llame con el pensamiento? No lo recuerdo realmente, esto de las lagunas mentales duele más de lo que parece.

—¿Porque?— me pregunto.

Porque estas matandote de una forma tan patética, porque le haces esto a tu madre, porque te estás haciendo esto a ti mismo.

Tenía tantas ganas de preguntárselo.

—Porque no quiero perderte— creo que esa fue mi respuesta. No lo recuerdo meses después. Era alguien a quien no quería alejar de mi ahora que estaba estable, ahora que mi enfermedad me había abandonado y se había llevado a mis demonios con ella. Pero obviamente aquella respuesta se podía malinterpretar y recordé los mensajes de hacía unos días.

--Yo ya estoy en algo--

Yo también pensé al momento de responder aquel mensaje. Pero yo no iba al ataque, simplemente quería solucionar todo como lo había hecho con el resto. Quería seguir sonriendo ahora que todo estaba bien, y si podía hacer sonreír a una persona más ¿Porque no?

—no me importa tu sexualidad—_... apesar de que me mentiste..._— simplemente podemos ser amigos—

—¿para qué?—

Este no sos vos pensé escuchandolo hablar. Viendolo expulsar el humo por la nariz. Guau dije vagamente, no por asombroso sino por sarcasmo.

Lo tome por las mejillas en un impulso, tratandolo como trataba a los que llamaba amigos, tratandolo con la confianza que le tenia.

—soltame, esto es incomodo—

Y desde aquel momento supe que no me quería en su vida. Que no era el mismo chico dulce en el que confiaba, aquel que había aparecido en el peor momento de mi vida, el que había conocido mi fase mitomana sin saberlo. Sin saber yo que tenía aquella estúpida enfermedad que ya deje atrás hace dos años.

Me pregunto si algún día podré explicarle que lo aleje para evitarle el  dolor de convivir con alguien mitomano, apenas me enteré de mi condición, y lo lastime aún peor. Tiene derecho a repudiarme pero yo puedo quedarme con la paz interna de saber que intente arreglar las cosas. Aunque un boliche no sea el ambiente adecuado para explicar tan extenso tema.

Nisiquiera se si lea esto, mis pensamientos y desahogos.

Me gusta saber que puedo expulsar mis sentimientos en este lugar en donde más resguardados están.

RelatosWhere stories live. Discover now