La estafadora

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...y allí estábamos una noche más, frente al cristal de la nueva obsesión de la ciudad.

La máquina de peluches, más conocida como la estafadora.

Algunos decían que aquel aparato estaba programado para soltar cierta cantidad de muñecos luego de un número incierto de intentos, tambien estaban los que debian arrancarles los brazos a sus hijos para despegarlos de las palancas, y los que simplemente se dedicaban a ignorarla, aunque no era facil que algo amarillo con luces pasara desapercibido fuera de un local pintado de morado. Era una novedad para todos, una adicción, un despilfarro de dinero. Los muñecos estaban descocidos, aplastados y desteñidos.

Por eso yo tenía once de esos maltratados peluches. Cada uno había costado no menos de diez intentos por parte de un conocido, el se llevaba la satisfacción de lograr sacarlos y yo los muñecos.

Era un negocio justo considerando que ningún varón queria caminar en pleno centro con un Hello Kitty rosado en los brazos.

RelatosWhere stories live. Discover now