MANOS BLANCAS

Los 2 comenzaron a forcejear por esta absurda situación tanto el cámara como Joel, sin percatarse de que alguien los estaba observando Joel queda espaldas a la puerta por un momento André el camarógrafo se queda quieto

_.eso dame esa maldita cosa....André se queda viendo fijamente hacia delante...Juumm y ahora que te pasa te pusiste blanco

Joel.... Por mera reacción voltea hacia atrás se topa de frente suyo unos ojos que lo miraban fijamente cual cuervos asechando a su nueva presa, al sentir ya enzima esos ojos que parecieran estar muertos le recorre un escalofrió por toda la espalda sintiéndose pequeño ante tal personaje que no era de una estatura baja Joel al sentirse observado por aquel individuo solo trago un poco de saliva

De forma brusca sus labios se movieron casi al mismo ritmo que la eternidad, de esos rojos y bien formados labios salió una voz profunda, gruesa, hipnotizarte, inquietante, reconfortante pero apacible al mismo tiempo, no sabría cómo describirla tendrías que haber estado ay para oírla

Las frases que se formaron con su voz fueron ........................ síganme por favor...................... en aquel entonces esas palaras parecieran ser tan grandes como montañas, los 2 sujetos solo asintiendo con la cabeza y guardando un silencio sepulcral tomaron sus cosas y lo acompañaron. ..... Al recorrer el pasillo pareciera ser infinito, el silencio recordaría el camino de un condenado a muerte, recorriendo el camino hacía su ejecución, el silencio era tan frio tan cortante que un cementerio parecería una fiesta a comparación de esta escena, cada paso pareciera ser pesado, podían sentir el paso del tiempo en sus cuerpos, a cada movimiento que daban sus miradas se fijaban en la espalda de su posible verdugo, atentos de cada movimiento

Llegan a la entrada de la habitación aquel sujeto sentándose con la mayor naturalidad del mundo en aquel sillón que pareciera ser trono de algún rey sádico, para estos sujetos aterrados, posando sus dedos sobre sus labios fija su mirada en aquellos hombres que ratas acorraladas parecían en ese momento ...... con un gesto de la mano les invito a tomar asiento en un par de sillas que yacían allí, enfrente de cada uno de ellos avía_

Una humeante taza de té negro al parecer recién hecho, las miradas de aquellos hombres se cruzaron en una maraña de pensamientos mundanos.

En cada cabeza era un sinfín de mundos aterradores, André el más nervioso de ellos se negó a tomar la tasa de te, negando con la cabeza con una mida cristalina, vidriosa llena de miedo, el pánico en sus ojos se_ reflejaban el sinfín de mundos aterradores,

En aquel mundo imaginario avía todo tipo de torturas inenarrables, cada una provocada por aquel endeble accesorio de porcelana blanca....... Ante aquel echo Joel le miraba fijamente, mientras que la acción de André le helo la sangre, y una gota de sudor frio le recorrió el rostro, con una mueca en los labios le invito a beber aquella substancia que le ofrecía su anfitrión, pero la negatoria era inminente, Joel se volteo sin mirar al frente la mirada se tornó penetrante en aquella taza de té,

que yacía caliente humeante invitante cual amante joven, blanca y pura cual virgen inmaculada, de forma delicada sutil, cual susurro sus dedos fueron resbalando por la haza de la tasa, pareciera que Joel trataba de seducirla, para que su final no fuese trágico, sus dedos temblorosos cual niño inexperimentado en el placer carnal, temblaban con cada centímetro que recorrían, acercándose lentamente sentía como el vapor caliente rodeaba sus labios ,el aroma le llegaba desde la nariz hasta la cabeza, aquel aroma de hiervas tan refrescante, intoxicaste pero a su bes peligroso en su simpleza, en su mente Joel no podía creer lo sutil, placentero y mortal de aquel momento, sus labios llegaron a ese momento donde por primera vez sintió la húmeda calidez de ese instante, ese líquido recorría sus labios, su boca, cubrió cual manta su lengua e iba recorriendo incesantemente toda la garganta hasta llegar al estómago, el cual se llenó de una cálida sensación, una calidez nunca antes sentida, solamente comparada breve mente al cobijo de una madre al recibir a un hijo que regresa después de mucho tiempo de la guerra, aquel liquido negro vio su fin y reposo apaciblemente en las entrañas de este supuesto nuevo hombre