𝒟ℴ𝒸ℯ

Start bij het begin
                                    

Los ojos de Steve se abrieron en sorpresa, no quería ni deseaba que su departamento o el edificio entero se Incendié, así que negó rápidamente y posando su mano sobre la cabeza de la chica habló: -Olvídalo Raven, solo bromeaba.

La mujer entrecerro sus ojos, levantando su mirada para fulminar al rubio, el cual estas cuestionando sus aptitudes. -¿A caso crees que no puedo hacer un desayuno decente?

-No lo creo, lo . -Susurro lo suficientemente bajo para después entrar al súper mercado con la muerte.

Raven le miro ofendida ya que lo había escuchado a la perfección, estuvo a nada de reclamar, pero no, ya vería mañana aquel rubio.

El rubio tomo un carrito de súper y comenzó a caminar por aquellos pasillos acompañado de la morena, saco la pequeña lista que había hecho y comenzó a leerla, faltaban muchísimas cosas.

La muerte tenía enfocada su vista en las cajas, las cuales tenían una fila interminable, no pudo mirar horrorizada lo lento que avanzaba, y que también había mucha gente en el lugar.

A este paso tardarían demasiado en salir de ahí.

-¿Y si nos dividimos? Cuando tengamos todo nos vemos de nuevo aquí. -Comentó la muerte mirando directamente al rubio, pero justo antes de que este pudiera responder, aquella morena le había arrancado la mitad de la lista y se había escabullido por los pasillos, dejando al rubio con la palabra en la boca.

Steve ni siquiera reaccionó hasta minutos más tarde, dio un suspiro cansado, viéndose como si fuera un padre que ya no podía lidiar con sus hijos, llevo su mano al bolsillo y saco una tarjeta dorada, algo le decía que iba a abusar de la cuenta Stark, después de todo, estaba Raven sola en un lugar lleno de objetos que lo más seguro es que fuera a romperlos.

-Esto será problemático...

La muerte iba caminando con calma por los pasillos del lugar, llevaba consigo una canasta de súper, en donde iba poniendo todas las cosas que decía en la lista.

Poco a poco y sin darse cuenta se estaba adaptando de manera impresionante al mundo humano, y eso era algo que hasta sus acciones lo delataban.

La morena pudo encontrar lo que decía su parte de la lista:

Huevos
•Leche
•Chocolate en polvo
•Una canasta de pan
•Aceite de Olivo
•Aceite Vegetal
•Mantequilla
•Agua

Pero lo único que no tenía la menor idea de que era, es el suavizante de telas y jabón líquido para trastes.

Así que estuvo recorriendo durante varios minutos, pasillo por pasillo y leyendo producto por producto, para encontrar lo que dijera lo mismo que en la nota.

-¿Qué rayos es un suavizante de telas?

Incluso ya se había metido hasta en un pasillo de puras telas y cobijas y no había nada ahí que ayudara a suavizarlas.

Fue entonces hasta que llegó a un pasillo que al parecer era el indicado, jabón liquido para trastes, tomo uno de un extraño color verde y lo hecho en la canasta y afortunadamente ahí también estaba el suavizante de telas, solo faltaba uno que dijera “olor a lavanda”

Enamorado De La Muerte ✓ →[Steve Rogers]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu