Capitulo 4

1.1K 119 12
                                    

           

A la mañana siguiente, unos rayos de sol entraban con rebeldía en aquella habitación haciendo que cierto pelinegro abriera lentamente los ojos, se acomodó nuevamente en aquella cama pero se sentó al instante para observar en donde se encontraba

Esta es... mi habitación... -murmuro en voz baja, sintió como su pecho se estrujo por un momento llevando sus manos al pecho aguantando las ganas de llorar- "agradezco que no me pueda sentir, me siento tan destrozado"

se levantó de la cama muy lentamente, observo unos segundos y se percató que tenía su pijama puesto, miro nuevamente la cama, por él podría quedarse acostado todo el día, pero en cualquier momento vendrán uno de los sirvientes para despertarlo y avisarle que el desayuno se encontraba listo.

se acercó a su maleta, la levanto dejándola arriba de la cama para abrirla, comenzó a sacar su ropa muy delicadamente, su mano iba a tomar una prenda pero sintió un leve aroma a capuchino, observo su ropa y unas lágrimas comenzaron a salir sin querer detenerse, comenzó a limpiarse pero no lograba  detenerlas

basta... -cayó de rodillas- deténganse... -llevo sus manos hacia el rostro- basta... el eligió estar con otra persona, no contigo idiota -se regañaba a sí mismo-

se abre la puesta de golpe haciendo brincar al omega que se encontraba en el suelo, se asomó un poco para ver quien entro de aquella manera sin tocar y se encontró con aquel alfa rubio con un rostro de pocos amigos

cerdo -le llamo molesto- vístete rápido, el desayuno se encuentra listo y nadie comerá si no estás presente

eh... está bien -se levanta rápido, para seguir con lo que hacía anteriormente centrándose en su ropa-

yuuri -el nombrado le mira y este se acerca posando sus manos en el rostro del omega- dime, porque estabas llorando?

-el pelinegro le mira sorprendido- eso... eso no te importa yura -desvía la mirada- bajo en un momento, me puedes dejar solo por favor -le mira en forma suplicante haciendo que el rubio soltara un suspiro y comenzara a retirarse- solo apúrate, tengo hambre. -cierra la puerta-

yuuri debes calmarte -se dijo a su mismo- estúpido yurio -tomo un conjunto de ropa y se dirigió al baño para tomar un baño rápido-

Al terminar el baño, se vistió rápidamente, se miraba al espejo para convencerse si estaba bien o no, tenía una muy baja autoestima, entonces siempre debía mirarse un buen tiempo para gustarse a sí mismo. Se vistió con un jersey de cuello alto de color gris, unos pantalones negros ajustados, se había peinado hacia atrás, pocas veces lo hacía pero quiso hacerlo el día de hoy.

Se logró convencer y bajo antes que le fueran a buscar nuevamente, todos se encontraban esperando  para poder comenzar el desayuno, con solo decir "buenos días" todos se giraron para verle, quedando en completo silencio, ignorando aquello tomo asiento al lado de su hermano que se encontraba de cabecera, y observo a los demás.

cerdo! te demoraste demasiado -le reclamo el rubio que se encontraba frente al pelinegro-

lo siento mucho,  estaba ordenando mi ropa cuando llegaste -le respondió con cierta timidez en su voz-

En aquella mesa se encontraba la señora katsuki, una omega de cabellos castaños se encontraba un poco seria junto con una alfa que se encontraba frente de esta, al igual que la omega, tenía un rostro bastante serio, a pesar de aquella seriedad, no había tensión en el aire 

yuuri -le llamo la omega- hijo mío, después de comer, necesitamos hablar -le hablo con cierta molestia que el menor solo se dignó en asentir y bajar la mirada, cosa que no pasó desapercibido del rubio-

Me PertenecesWhere stories live. Discover now