Cruel [FINALIZADA]

La mascara del héroe

La guerra había comenzado, el miedo y el odio parecían palpitar hasta en el más apartado rincón del mundo mágico, eran pocos los que se atrevían a buscar un poco de felicidad, sentimiento que no perduraba más de unos cuantos minutos. La muerte estaba muy presente, en cada casa, en cada edificio y en cada tienda, cual fantasma que acosaba a sus víctimas asustandolas casi sin hacer acto de presencia.

Entre todo aquel sufrimiento se encontraba un chico, el cual debía vencer al lord oscuro, y así salvar el mundo mágico, pero debajo de aquella fachada de héroe, que le habían implantado, se encontraba una retorcida personalidad que rasgaba con ainco la superficie tratando de mostrarse y destruir todo a su paso.

Cruel, sanguinario, retorcido, extravagante, ambicioso, estos y muchos otros adjetivos definían la verdadera personalidad del muchacho.

La guerra estaba acabando con la máscara que había creado, poco a poco, no faltaría mucho tiempo para que se resquebrajara, o quizás, la verdadera y retorcida personalidad del chico había estado llevando las riendas desde hacía bastante tiempo, pero había permanecido oculta, pasando desapercibida, para lanzar un ataque sorpresa y causar el mayor caos que el mundo mágico sufriría nunca.

El denominado héroe y salvador del mundo mágico tenía una ambición, una que había nacido durante el transcurso de sus años estudiando y enfrentándose a su mayor enemigo, el lord oscuro, al principio era solo una ligera curiosidad hacía el anelo que este sentía por tener el control de todo su mundo, cabe destacar que en esos momentos pensaba que seria más bien una molestia, demasiado trabajo, demasiado aburrido, tiempo más tarde la curiosidad se acrecentó y le comenzó a parecer una idea atractiva, después la idea terminó de seducirle y tuvo la resolución de que sería él mismo quien dominaría el mundo mágico y lo sometería a su voluntad.

La idea hizo que se regocijara y estremeciera internamente.

Pero no podía mostrar aún su verdadero ser, aún no era tiempo, pero pronto, pronto comenzaría a sacar sus cartas escondidas, aquella baraja que escondía en su manga y que esperaba ser utilizada para jugar a favor de su dueño.

El verdadero juego aún no comenzaba.

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364 palabras

Si encontráis errores de ortografía en algún sitio de la historia por favor decidmelo.