GML ROJO: La Isla (1/?)

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"La felicidad esta en la ignorancia de la verdad"- Giacomo Leopardi.

Soy interrumpido debido a una sensación helada que corre por mis pies ya que al viejo toldo agujerado que cuelga amarrado sobre mí no cumple con su función de techo, permite el paso de la humedad y el roció, enfriándome poco a poco, algo desagradable y molesto, que disgustaría a cualquier persona que pasara por esta horrible experiencia.Lo peor es que ya me he acostumbrado a esto.

Abro los ojos como es de costumbre ya ha empezado mi rutina, me levanto en las tinieblas justo antes que aparezcan los primeros rayos del sol que anuncian otro día exactamente igual al anterior, me incorporo sobre mi improvisada y áspera cama de ixtle, lo primero que hago es inspeccionar mi lugar sin moverme mucho, a causa de un pensamiento diario que cruza por mi cabeza, el cual es que haya tenido la suerte de que mis compañeros no hayan cortado las cuerdas y ataduras que me mantienen suspendido del suelo, comúnmente tienden a cortarlas durante la noche para que al primer movimiento brusco que haga la víctima al amanecer caiga y se dé un buen golpe junto con un susto. Parece ser que hoy me he salvado, aunque no me sorprende que últimamente no lo estén haciendo tanto como es de costumbre ya que la plantación de maguey no ha estado muy bien del todo, y aunque sea una mala noticia me siento aliviado al saber que durante un periodo podre despertarme sin miedo alguno a caer.

Me tallo los ojos y echando un vistazo a mí alrededor, veo que los engendros de mis colegas aun sueñan plácidamente, me levanto de la cama con mucho esfuerzo y poco entusiasmo al saber que cuando salga de mi bolsa de dormir un frio aun peor al que me despertó me estará esperando. Una vez de pie me dirijo a la entrada de nuestro poco elegante refugio construido de toldos y troncos en medio de la zona boscosa, como era de esperar los casi inexistentes nacientes rayos del sol apenas sirven para quitar un poco el congelamiento de mi cuerpo entumecido, la flojera me invade por completo así que caminar hasta la letrina no es una opción viable, así que me dirijo a un árbol cercano y me dejo llevar por el llamado de la naturaleza.

Tras liberar el fluido voy en dirección de vuelta. Durante el camino me percato que ya me he aclimatado a la temperatura de la mañana. Luego de entrar puedo admirar que ellos siguen dormidos, ante esto una clase de celos asesinos entran en mi cuerpo con la intención de lanzarles algo para que despabilen, aunque ¿Qué culpa tienen ellos de mi horario para orinar y hacer que me despierte tan temprano? Y antes de poder meditar y tomar mi decisión sobre mi plan malévolo escucho que alguien se acerca por el otro lado de la pared de toldos, me quedo observando a los dos árboles y el toldo azul que cuelga que funcionan como una humilde puerta para ver de quien se trata, lo primero que alcanzo a distinguir es una cara sonriente que se asoma cautelosamente tratando de asomarse para ver si alguien ya se encuentra despierto.

Al notar el cabello enchinado color entre café y huero que cae hasta sus hombros, de inmediato se que se trata de Josué, este tras verme entra ya sin ninguna cautela. Al examinarlo veo que sea ha rasurado, pero aun así sigue teniendo ese aspecto descuidado de vagabundo, lo único que lo salva es que tiene una gran estatura haciendo que se vea atemorizante en lugar de asqueroso, pero cualquiera que lo conozca sabrá que es más manso que nada.

Mientras me encuentro inmerso en mis pensamientos sobre el nuevo look de Josué, mis compañeros de cama ya han empezado a levantarse.

-¡Qué bien dormí hoy!, Ohh.... hola, Josué ¿Cómo estás?

Volteo y veo que el primero en estar despabilado es Oscar, y al escuchar su oración, no pasó nada mas por mi cabeza más que el sentimiento de envidia de hace unos minutos, ya que siempre me dejan en la orilla de la litera donde el toldo tiene más agujeros.

The Slaves Of LibertyWhere stories live. Discover now