𝙏𝙄𝙍𝙀𝘿 - 𝑭𝒐𝒏 [CORRECCIÓN]

8. Llantos y confesiones vergonzosas (Nuevo)

8. Llantos y confesiones vergonzosas.

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Farrell lanzó su teléfono hacia al piso y volvió a sollozar con pesadez, odiaba todo, llevaba encerrado días en su habitación, incluso había faltado a la escuela.

No estaba listo para salir y enfrentar las cosas, no estaba listo para ver cómo la persona que amaba salía con alguien más y todo por sus estúpidos celos junto a su comportamiento agresivo.

Llevaba días queriendo hablar con Bon, pero el no contestaba el teléfono, estaba harto, quería sacar valor pero su cuerpo pesaba, además estaba horrible, sus ojos hinchados de tanto llorar y el cabello tan feo y desaliñado.

Quizas lo más cobarde era intentar comunicarse por teléfono, pero tan solo imaginar esos ojos verdes mirándolo con decepción, miedo y rechazo solo hacían que se hiciera bolita en lo más oscuro de su habitación.

Era miércoles, llevaba tres días encerrado y estaba pensando en quedarse toda la semana.

Un sonido familiar sonó en lo profundo, era su teléfono, con una emoción implacable y su corazón bombeando cada vez más rápido el tomó su celular y al ver las letras del contacto solo bufó con tristeza, era Megan, no quería hablar con ella, no ahora. Con la vista nublada de lágrimas observó la hora, eran las 5:47 de la tarde.
Estaba listo para salir de la cama a lavarse el rostro y comer algo, pero un golpe fuerte sonó en el primer piso.

Con miedo y el todavía hecho un desastre bajó las escaleras con un bate en mano, esperando que solo sean ratas o lo que sea. Que equivocado estaba, y de paso también tenía mala suerte, cuando bajo el último escalón el sonido anterior volvió a sonar más fuerte justo antes de ver cómo la puerta de su casa se abría de golpe.

- FARRELL JORDAN WILLIAMS

El grito de su hermana resonó por toda la casa mientras ella lo miraba con unos ojos asesinos, el dorado se encontró en una batalla de miradas, una furiosa y otra apenada.

- Megan... Que haces aquí, no quiero ver a nadie.

Murmuró el pelirrojo desviando la mirada.

- ¿Ah si? Pues no me puede importar menos, llevas tres jodidos días encerrado aquí, TRES.

Megan no podía creerlo, primero pensó que el estaba enfermo, tal vez necesitaba ayuda, pero su sorpresa fue que Bon tampoco estaba yendo, y no contestaba llamadas, no lo quiso relacionar pero ya llevaba tres días así y ella no soportaba eso.