-¡Matt, por favor para! –chillé, mientras lo jalaba de la mano. Él retiró su mano, bruscamente, y le propinó un golpe a Tyler en la nariz. Se escuchó un crujido muy fuerte, por lo que supe que se la había roto. Todos emitieron un grito de dolor hacia Tyler, el cual se incorporó y le propinó una fuerte cachetada a Matt. Sentí como si me desgarraran por dentro.

-¡Chicos, basta, por la mierda! –volví a gritar, más fuerte esta vez. No se detuvieron.

-¡Saquen a esa chica de ahí! –gritó alguien. Por supuesto, les estaba arruinando la función, ¿no?

-¡No, déjenla! ¡Lo hace más interesante! –replicó otro riendo, desde atrás. Rodé los ojos, ignorándolos a ambos. Tyler estaba hecho una bestia, mientras que Matt parecía un vampiro sediento de sangre. Lo miraba con odio a través de sus ojos marrones mientras le agarraba las muñecas para no volver a ser golpeado.

-¡Matt! –chillé de nuevo. Tyler le propinó un puñetazo en el rostro, hiriéndole su ojo izquierdo. Lancé un grito desesperado. Eran dos allegados míos, y lo que menos perdonaba era que se estuvieran peleando por mí. Megan intervino tras haber logrado abrirse paso entre la gente a base de puñetazos y empujones; vino corriendo hacia nosotros y se subió encima de Tyler, apretándole el cuello, para controlarlo. Jalé a Matt por la chaqueta y lo agarré de las dos manos. Sin embargo, Montgomery echó a Megan al suelo y Matt me soltó las manos, entonces ambos chicos se lanzaron uno contra el otro. Megan los observó con rabia.

-Mierda –la escuché decir. Todos gritaban, reían, y escuchaba a algunos apostar. Jodidos putos, los podría matar a todos si pudiera. Meg y yo nos levantamos del suelo, tiré el morral y atajé a Matt por atrás, quien respiraba agitadamente.

-¡Suéltame, mierda! –gruñó guturalmente. Me estremecí, nunca lo había visto tan furioso. Megan jaló a Tyler por la camisa. Entonces, vi todos los rostros de los estudiantes palidecer, y poco a poco dar algunos pasos hacia atrás, mientras que otros se dispersaban. ¿El director? ¿El alcalde? ¿Quién era? Entonces, unos brazos me empujaron hacia atrás, logrando que me golpeara la espalda con el asfalto rígido. Caí amortiguando mi peso con mis brazos. Meg lo observó en shock, sus piernas me parecían conocidas.

-¡La señorita ha pedido que paren, par de gilipollas! –gritó una voz rasposa y conocida, en tono de burla. Era como un juego para él. La rubia se echó hacia atrás. Ambos muchachos voltearon enfebrecidos. 

-Vete al coño, imbécil –gruñó Tyler, mientras su pecho se hundía y se levantaba con furia. Casi escuchaba los dientes de Matt rechinar. Justin rió.

-No sabes con quién tratas, ¿verdad, bastardo? –arqueó una ceja -. Siento irrumpir en su pelea de niños, pero nadie se salva cuando mi chica está de por medio.

¿What? ¿Mi chica? Tyler y Matt llevaron su mirada hacia mí. Entonces me pregunté. ¿Qué-coño-hace-Justin-Bieber-aquí?

-¿Y quién eres tú? –lo retó Matt, caminando hacia él. “Mierda, no, Matt aléjate”.

-No te interesa una mierda –respondió Justin, alzándose -. Váyanse a casa.

La gente dejaba de mirar y se alejaban, obedeciendo a Justin incluso antes de que él lo dijera. Ahora sólo quedábamos unos pocos.

-Matt, aléjate –susurré. Éste posó su mirada en mí, y se dejó llevar por Meg, quien lo jaló con ella desesperadamente. Los del equipo de fútbol agarraron a Tyler por el brazo ignorando sus leves forcejeos, y se lo llevaron con dificultad, mientras le daban palmadas de aliento en el hombro. Ya no quedaba nadie. Miré a Justin, enfebrecida.

-¿Qué coño es lo que acabas de hacer? –arqueé una ceja.

-Salvarte el culo –torció los ojos, tendiéndome la mano. La tomé y me levanté con dificultad, con ayuda de su fuerza.

-No debiste dejar que toda la escuela te viera –susurré -. Y menos decir que soy “tu chica”.

-¿Y por qué no? ¿Acaso no lo eres? –me guiñó un ojo.

-¡No! –agité las manos -. Dios sabrá qué le voy a decir a Tyler para que no me odie.

-¿Tanto te importa ese gilipollas? –arqueó una ceja.

-Sí, y mucho –le aclaré, luchando una batalla interna -. Me molestó lo que hiciste, y ni siquiera sé por qué lo hiciste realmente.

-Sólo… dame las gracias y olvídalo –masculló, frotándose las sienes.

-Gracias –torcí los ojos, tomé mi mochila y me di la vuelta. No estaba muy segura de lo que hacía al dejar a Justin solo, pero de lo único que estaba completamente segura era de que enfurecería. Entonces, me alcanzó, me tomó de las caderas y me alzó en sus hombros, ignorando mis pataleos. Entonces, en un segundo, me encontré dentro del auto.

-¡Qué mierda! –grité.

Lost |1ra Temporada|(Justin Bieber & Tu)Terminada♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora