Dioses seduciendo a la ninfa.

7.5K 789 423
                                    

   Esto va dedicado y regalado a Nashi_18200

   Es la primera vez que escribo escenas como las de este tipo, espero que te guste.

   Sin duda te volviste alguien importante para mi en poco tiempo. Disfruta de tu regalo también y volveré a decir que te quiero.

...

   Draco Malfoy soñaba despierto sin lugar a dudas, pero no sobre sus deseos, metas o algo parecido. Draco fantaseaba constantemente con dos Ravenclaws.

   Eran perfectos, dignos de un Malfoy. Sus Ravenclaws de piel cremosa y tentadora, divagaba con explorar cada centímetro con sus labios y manos; eran de cuerpos esbeltos, elegantes y de andar grácil, con pasos largos pero firmes, hechos por piernas con muslos de dioses; los veía pasar y anhelaba el poder perderse en medio de ellos, fuertes y pecaminosos ¿Qué tanto apretarían en la gloria de perderse en el placer? ¿Cómo sería el tocarlos? Los veía en Encantamientos, sentándose dos filas adelante a su derecha, unos prodigios en esa clase y, si Draco fallaba un par de veces en sus hechizos para recibir ayuda de cualquiera de sus fantasías no era su culpa, no, era de sus águilas ¿Cómo se atrevían a sonreír de aquella manera? Una era amable, reservada y dulce, otra era una sonrisa cruzada, descarada y perversa.

   Ambos tenían cabellos de un negro azabache, lisos, desordenados y salvajes. Miraba sus nucas y quería tirar de ellos, ver que tan suaves eran y si se levantaban con peor aspecto en la mañana. Sus águilas eran hermosas, adonis para ser adorados, con rostros perfectos de mandíbulas fuertes y marcadas, narices rectas y adorables al fruncirlas en disgusto o capricho y sus expresiones tentadoras ¡Oh, que hermoso era! Ver la picardía, la dulzura, la burla, la felicidad, todas y cada una de ellas.

   Pero, lo mejor de ellos eran sus ojos, verdes esmeraldas llamativas, gritaban para ser mirados, tal vez uno buscaba esconderlos más que otro. Eran hipnóticos, audaces y preciosos. Gemas que requerían alabanzas y ofrendas, pues con ellos sus águilas conquistaban y conseguían todo.

   Tal vez, Draco exageraba, pero lo dudaba (el club de admiradores de sus águilas era lo suficientemente grande para justificar todo). Quizás algún día cansaría a Blaise y Theo con soñar despierto por sus Ravenclaws, por detenerse cual tonto en medio del pasillo por solo verlos pasar, caminando juntos, rozando sus dedos y uno sosteniendo al otro de la cintura, posesivo y protector. No podía evitarlo, y tampoco quería, deseaba caminar con ellos como algo más, formar parte de ese par inseparable y poder rodear de igual manera sus cinturas, besarlos cuanto quisiera y pasar horas descubriendo piel, memorizando sus cuerpos con solo su boca, respirar sobre sus cuellos para luego morderlos y mostrar que eran suyos, para luego...

   —¡DRACO MALFOY!

   Draco contara más tarde que el no salto derribando todo en su pupitre, ni chillo y, por supuesto, él no se limpiaba la baba de la comisura de su boca, los Malfoy no hacen eso, solo se sorprendió ligeramente.

   —¿Necesitas algo Blaise? —preguntó y miro a su amigo inclinarse bajo su pupitre para recoger sus cosas.

   —Sí, jodido idiota, llevo horas tratando de arrancarte de tu paraíso de gemelos incestuosos y sexo salvaje. La clase ya acabó, y de nuevo estás en tu porno mental gracias a esos dos. —Draco abrió su boca para discutir, (él no estaba en un porno mental... bueno, no mucho) cuando Blaise continúo hablando— Ni siquiera intentes discutir, pervertido de closet. Lo juro, solo los ves y tu cerebro queda hecho papilla, más de lo normal en ti, pero papilla al final.

   Draco no iba a negarlo, los gemelos Potter serian su fin si no hacía algo.

...

De dioses y ninfas.Where stories live. Discover now