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las calles de derry se encontraban repletas de gente enamorada, llevando regalos enormes, peluches hermosos o simplemente unos que tenían una cita.

mis manos sujetaban con fuerza el ramo de rosas que traía conmigo, sobre ellas se encontraba una pequeña tarjeta donde decía específicamente que era para eddie.
sonreí orgulloso del trabajo que había hecho al escribir el texto, aunque, este se veía extraño, ya que mis manos temblaban a causa de los nervios y el frío que tenía al escribir.

a pesar de todo, la sonrisa no desapareció de mi rostro, me declararía hoy y eso no podía hacerme más feliz.

el camino no era largo, ni tardado, pero llevaba 10 minutos de retraso porque no encontraba el recibo del ramo que había comprado desde hace semanas.
cuidadosamente vi la hora en mi reloj de muñeca e hice un gesto al darme cuenta de que pronto oscurecería y no quería hacer esperar a mi futuro novio.

estaba a punto de tocar su puerta, cuando los nervios aparecieron, ¿qué pasaría si me rechazara? tal vez estaba yendo muy rápido con esto.
miré la tarjeta que se escondía entre las rosas, nervioso, me mordí el labio y de un rápido movimiento la saqué y guardé en mi bolsillo trasero del pantalón.
mis mejillas estaban rojas cuando mi celular sonó; era eddie el que llamaba, de repente todo el estrés se esfumó y sonreí.

respondí y rápidamente fui cuestionado de mil formas posibles, debía suponer que la preocupación extrema la sacó de su madre.

-¿dónde estás, richie? quedamos que a las 5:00 vendrías, y adivina qué, son las 4:59 y aún no llegas.

rodé los ojos y comencé a reírme, sin importar que eddie siguiera escuchando.

-¿de qué carajos te ríes, idiota?

-estoy afuera de tu puerta, ¿podrías abrirme?- pregunté con una sonrisa en mi rostro y él chilló, dejando caer su teléfono y corriendo a la parte baja.

la puerta frente a mí se abrió, dejando ver al castaño que me traía tan loco.

eddie se lanzó contra mí para poder besarme, colocándose de puntillas para poder lograrlo.

-feliz san valentin, amor- susurró contra mis labios y lo besé nuevamente.

-feliz san valentin, precioso- respondí y le entregué el ramo de rosas que escondía detrás de mi espalda.

sus ojos brillaron más que aquella vez que en su cumpleaños #13 le regalé su videojuego favorito, definitivamente lucía hermoso ahí, apreciando el ramo que tenía entre sus manos y la tímida sonrisa que se colaba en su rostro.

-gracias, richie- agradeció y se acercó a mi rostro para besar mi mejilla, para después huir corriendo buscando un jarrón donde ponerlas.

no pude evitar sonreír mientras caminaba a su habitación, sentándome en la orilla de la cama, provocando que rechinara un poco al hundirse.
prendí la televisión y esperé a que eddie llegara con comida; 5 minutos después él estaba a mi lado, comiendo  doritos y bebiendo de su gaseosa.

durante la película, me giré para observarlo, estaba tan concentrado, que ni siquiera notó cuando me acerqué lentamente a sus labios, miró mis ojos cuando estaba a tan sólo unos centímetros, y él cortó la pequeña distancia que evitaba que nos besaramos.

tomé su rostro entre mis manos cuidadosamente, y profundice el beso, eddie acariciaba mi cabello y sonrió.

-¿qué sucede?- pregunté confundido al separarnos, él no paraba de sonreír.

-es que, te amo tanto, richie- bajó la mirada y mordió su labio- eres la primera persona que me hace sentir esto, y me alegra que sea así.

pude sentir la sangre subiendo a mis mejillas, mis ojos abriéndose por completo, y ni siquiera sabía qué responder.

-también te amo, eds- susurré, pues fue lo único que pude lograr hacer con eddie viéndome fijamente mientras sonreía.

eddie era la única persona que quería amar por siempre.

-mels


KISSES キス REDDIEWhere stories live. Discover now