Capítulo Único

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--¡Ya llegué!-- expresó Héctor entrando a la casa.

--Hola cariño, ¿cómo estuvo tu día?-- le pregunto Imelda desde la cocina.

Tenían muy poco de casados, tal vez unos meses.

--Un poco cansado, pero bien-- responde con una sonrisa entrando donde se encontraba Imelda.

Ella le recibe con una sonrisa, el se acerca para abrazarla y darle un beso, tanto en mejilla como en los labios.

--¿Cómo te encuentras?-- le pregunta Héctor.

--Bien, estoy preparando la cena-- responde Imelda-- oye, toca para mi un poco--

Héctor sonrió ante la petición de su esposa.

--Claro cariño-- le respondió.

Fue a la sala y trajo su guitarra, se sentó en una de sus sillas y empezó a tocar mientras ella seguía cocinando.

Era lo mismo todas las noches, cuando llegaba, sacaba su guitarra para practicar y a la vez complacer a su esposa.

--Ya casi esta-- menciona Imelda dejando que se cocine un poco más.

Se acerca y se sienta en la silla, mientras Héctor le sonríe.

Él siguió tocando y ella sonreía, adoraba esa parte del día.

--¡Oye amor!, escucha esta canción-- le propuso mientras empezaba a tocar.

Imelda solo asintió.

(Poner la canción del vídeo)

Aquella muñeca que va por la calle
¿quién es? es mi reina
aquella chamaca que todos admiran
¿quién es? es mi reina.

Su boca, su cara, su cuerpo
son una tentación
y ese conjunto de cosas tan lindas
forman mi ilusión.

Dejo su guitarra a un lado y tomó sus manos.

--Ven amor, bailemos-- le propuso poniendo la de pie.

--Ah, sí-- mencionó nerviosa.

La última vez que bailaron juntos, fue en su boda e Imelda era algo torpe a la hora de bailar.

Mientras tanto, Héctor continuo cantando.

Algunos preguntan al verme con ella
¿quién es? es mi reina
y va de mi brazo la que es en mi vida
de mi alma la dueña.

No quiero dinero ni quiero riquezas
porque soy feliz
yo tengo en el mundo el tesoro más grande
es mi reina.

Algunos preguntan al verme con ella
¿quién es? es mi reina
y va de mi brazo la que es en mi vida
de mi alma la dueña.

No quiero dinero ni quiero riquezas
porque soy feliz
yo tengo en el mundo el tesoro más grande
es mi reina.

Él puso su frente junto con la de ella, mientras tenía sus ojos cerrados.

--Te amo Imelda-- le susurro Héctor.

--Y yo a ti Héctor-- le respondió Imelda abriendo los ojos y dándole un beso en sus labios.

Héctor la abrazo correspondiendo su beso, pero tuvieron que separarse al oír la olla.

--¿Me ayudas con la mesa?-- le pregunta separándose.

--Claro linda-- le responde, pero antes de que ella se fuera, el le dio una nalgada.

--¡Héctor!-- exclamó Imelda casi en un grito volviendo se.

--Te amo linda-- le dijo de nuevo riéndose.

Ella solo rodó sus ojos con una pequeña sonrisa, se volvió para poder servir la cena...

Bailemos - Iméctor (One-Shot)Where stories live. Discover now