Capítulo 50 ~ ¿Código?

80 5 9
                                    

- Jason - digo casi inaudible.

Aún con la sonrisa en la boca levanta una de las cejas de una manera que me provocan escalofríos, de esos que deseas salir corriendo deprisa de ese lugar.

- Me sorprende que sepas quién soy

- Eres Jason, el primo de Edua... - Me interrumpe.

- Preciosa no menciones su nombre aquí, por tu seguridad no lo repitas

- ¿Qué es lo qué quieres Jason?

- Bueno, no quiero darme rodeos con esto, por lo que te lo diré de una sola vez... Quiero que mi molesto primo pague por todo lo que me ha echo, su maldita facilidad para conseguirlo todo me cabrea, y aun más cuando pienso que pudo ser mío.

Lo miro fijamente, su rostro demuestra verdadero odio, siento un escalofrío recorrer mi espina en ese preciso momento, como si pudiese matar a una persona aquí mismo, y lo peor, es que creo que esa persona podría ser Eduard.

- ¿Entonces me secuestras para que él sufra?

- ¡Oh preciosa! Ese es solo el principio, en este momento debe estar moviendo a todo el maldito ejército que tiene a sus pies solo para buscarte, lo que quiere decir que está desesperado, tal vez incluso y espero que así sea, sintiendo un dolor en su marchito corazón.

- ¡¿Y con eso te bastará? Espero!

Se acercó aun más a mi y con su mano coge uno de mis mechones de cabello, juguetea unos momentos con el y luego se acerca para olfatear su aroma, continuó con mi cuello y con bastante desagrado intenté alejarme lo mayor posible de este sujeto.

- Claro que no me basta con eso, el punto de tenerte acá, es que me ayudes a conseguir lo que quiero.

- Estas mal si crees que te ayudaré a hacerle daño.

- Bueno, sabía que no sería por la razón que me ayudarías, más bien intentó conseguirlo por la fuerza - toma mi rostro con una mano y la acerca a si mismo - quizá tu puedas disfrutar un poco de todo esto, haré algunas cosas, que espero, te gusten

Con su mano libre toma el amarre de mis muñecas y la sostiene fuerte, me mira fijamente y luego a mis labios ~ recé porque no fuera a hacer lo que creía que haría ~ se lamió los labios y me besó con fuerza, colocando su mano en mi nuca para no moverme, y por más que intentaba safarme de su agarre, no lo conseguía, intentó introducir su lengua en mi boca, pero apreté aún más fuerte la mandíbula para evitar que se abriera.

Cuando por fin cesó el ataque, tomó de mi cabello, haciendo que mi cabeza se inclinara hacia atrás.

- Mientras estés aquí me obedecerás

- ¡Me das asco!

- Luego no dirás lo mismo perra

Me soltó, se levantó y caminó hacia la silla en la que estaba su chaqueta, la cogió con el resto de sus pertenencias y se fue sin mirar hacia atrás por la puerta de madera, al cerrar escuche un fuerte estruendo, le había puesto un gran seguro.

Me limpié la boca con la playera, unas lágrimas amenazaron con caer de mis ojos, mas no cayeron ~ debo ser fuerte para no caer en su juego ~

Me levante de donde estaba, recorrí la habitación, el tarro de pintura estaba abierto y con el contenido completamente seco, debía de llevar un tiempo ahí, el mueble estaba vacío y le faltaba un cajón, caminé hasta la puerta, la empujé un poco y sonó el seguro del otro lado, la mesa donde está la lámpara era sencilla, solo era la base y las patas de esta, que sobre ella esta la pequeña lámpara prendida que no funcionaba de electricidad.

||  He  || [Incompleta - Editando - En Pausa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora