Una noche, mientras caminaba a los baños por los pasillos ensombrecidos del segundo piso, escucho las voces. Hombres susurrando entre sí. Vencido por la curiosidad se arrodilló en el suelo de madera, mirando a hurtadillas hacia la planta baja, donde los soldados vestidos con grandes armaduras brillantes le mostraban un pedazo de papel a la encargada de esa casa de caridad, la cual no dijo nada mientras retiraba los lentes de su pequeño rostro.

DongYoung se enderezó rápidamente, caminando nuevamente hacia su habitación mientras los faroles de la planta baja eran encendidos uno por uno y las omegas salían desorientadas. No deseaba saber que sucedería aquella noche, si los matarían, o los abandonarían en alguna parte desconocida. Se enrolló entre las sabanas esperando a que nada más sucediera.

Su farol fue encendido minutos después, y la puerta fue abierta sin su consentimiento, dejando que el frío del exterior lo alcanzara.

"DongYoung, arriba."

Fueron puestos en una larga fila cerca del pórtico de la edificación, y cuando examinaron sus bocas y orejas, les pidieron que retiraran sus ropas rápidamente. DongYoung sintió como si tuviese un yunque en la cabeza, y diez quilos atados a cada brazo mientras se retiraba el camisón y quedaba expuesto justo como los demás, recibiendo miradas lascivas que lo hacían retorcerse y apretar las manos a sus costados.

"Esa estará bien para el rey." Fueron las primeras palabras claras de aquella noche.

"Tiene pechos redondos, la de piernas largas también,"

"No, ella no. A el rey le gusta la piel pulcra."

"Entonces aquella, la de los ojos de gato."

Sus ojos se desplazaron de punta a punta, y DongYoung se obligó a si mismo a agachar la mirada para no sentir más asco del que estaba experimentando.

"Pidió algo para el príncipe, pero a él difícilmente algo le gusta."

"Llevémosle una virgen."

DongYoung vio como los dedos de los pies de la muchacha a su lado se retraían de manera nerviosa, seguramente su rostro debía estar pálido por la situación.

El silencio se prolongó mientras ahora la cercanía de los guardias era casi asfixiante, separando las piernas de las mujeres y uno que otro hombre y tocando algo de más, haciendo llorar a las omegas que eran bastante inocentes.

"Mira esto, tiene la piel bastante clara."

"Está en los huesos, ni una sola curva."

"Hombre, mira a futuro. Con un poco más de comida y unas mano que moldeen su cuerpo será algo que valdrá la pena."

"¿Acaso ahora eres un experto en belleza?"

"TaeYong tampoco era excepcionalmente atractivo cuando entró en palacio, deberías de ver la belleza en la que se convirtió después de recibir atención especial del príncipe."

"¿El príncipe YoungHo?"

DongYoung alzó la mirada sin comprender ni un ápice de la conversación improvisada de ambos soldados de tropa, los miró con la precaución del caso, uno de ellos resultaba bastante agraciado del rostro, aquel que hablaba más.

"Oh, míralo." Le dijo al contrario cuando pudo ver el rostro de DongYoung.

"Sigo sin ver lo que tú, ayudante Wong."

"Es porque careces de visión, Lee. TaeYong se hará cargo de él." Le dijo mientras volvía a mirar a su acompañante. "No por nada dejó el concubinato para ser formador."


Antígona [NCT] BLWhere stories live. Discover now