¿Cómo catalogar al amor? ¿Existe una definición exacta para ese extraño sentimiento que se adueña de nuestro ser sin preguntar? No lo hay, eso los descubrirán dos primos, cuando al conocerse podrán experimentar una nueva conmoción en su interior.
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— ¡Viva Isabelle Fernández! —Llamó la atención el señor Salinas, encargado de "Little Baby"— Y por supuesto, no nos podemos olvidar de su hermosa hija, Elizabeth —Todos en el salón aplaudieron— Estas dulces damas, hacen de nuestro Forniloa un lugar mejor, donando más de veinte mil dólares para los fondos del orfanato "Little Baby".
— ¡Salud! —Gritaron a la vez—.
— ¡Salud por los encantadores niños! ¡Y para que encuentren un hogar acogedor donde les den todo el amor que merecen! —Añadió mi madre—.
Mientras todos brindaban y se regocijaban, yo solo deseaba que se terminara la noche, había sido una semana difícil, muchos eventos a los cuales tuve que asistir, obras de caridad como esta, todo por mi madre, ni si quiera le gustan los niños, solo necesitaba ganar más apoyo político para su futura campaña como alcaldesa.
— ¿Eli? —Voltee al escuchar como me mencionaban— ¿Pasa algo? No estás en la fiesta.
Sonreí al ver a mi mejor amiga, Hillary Moon Cooper, rubia, estatura promedio, ojos cafés avellana, tez clara, y llevaba un vestido azul que le quedaba a la perfección.
— No pasa nada —Miré a mi alrededor, no me di cuenta en que momento llegué al pequeño jardín del local— Solo... Pensaba, es todo.
— Eli —Se acercó más a mi— ¿Estás preocupada por el viaje de mañana?
— Si te refieres a que si estoy nerviosa porque mañana viajaré a Cilerna para ver a mi padre después de siete años —Hablé muy rápido— No, para nada.
—Ella me miró con gracia— Tú, María Elizabeth Torres Fernández, ¿Cómo es posible que estés tan nerviosa?
— No es eso, o quizás lo sea —Suspiré— No veo al hombre en años Hillary, me hace sentir... Desconfianza, en los últimos nueve años apenas hemos hablado unas sesenta o setenta veces, todas por teléfono y no han durado más de diez minutos.
— Oh, Eli —Ella puso una mano en mi hombro— Aún me sorprende que tu madre haya decidido mandarte donde él tan repentinamente.
— Lo sé —Bufé—.
Empecé a recordar el día donde mi mamá me contó mi sentencia final, exactamente una semana atrás, todo parecía ser un día normal, o eso creía yo.
Flashback
Viernes 06 de Enero del 2017
Un viernes común y corriente, regresaba de haber hecho unas compras cotidianas con Hillary y su hermano mellizo, Daniel, otro gran amigo mío. Me encontraba despidiéndome de ellos.
— Nos vemos luego, Eli —Hillary me habló por la ventana del copiloto de su automóvil—.
— Adiós Hillary —Le sonreí— ¡Hey! ¡Daniel! Despidete aunque sea.
