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Se supone qué debe ser cálido, pero es frío, helado y sin vida, al igual qué una llovizna en flores muertas

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Se supone qué debe ser cálido, pero es frío, helado y sin vida, al igual qué una llovizna en flores muertas.

🌈—Foxy, correr no es la solución.

El de cabellos color bermellón lloraba en una habitación vacía. Su único compañero era el silencio y este ya lo estaba abandonado, como todo lo demás.
Susurros invisibles intentaban adueñarse de él y poseerlo para sus expiar sus pecados. Pero Foxy no podía detenerlos, solo podía llorar.

🌈—Igual qué siempre.

¿Por qué no podía ser un chico normal cómo cualquier otro? Vivir su vida tranquilamente, rodeado de amigos y personas las cuáles lo amaran. Igualmente, nada de eso pasaría, ya qué Foxy sufría el síndrome de huesos de cristal. Le era imposible realizar actividades físicas por temor a poder lastimarse.

🌈—Oh, pobre chico.

Tan frío y solo. Con el corazón desnudo ante cualquier daño. Era tan frágil como la porcelana, pero aún así, intentaba enfrentarse a todo solo, sin copañía ni amigos qué le ayudaran.
Su sueño era tener alguien con quién compartir un pastel o jugar videojuegos.

🌈—Sus huesos no eran los únicos de cristal dentro de Foxy.

No había un sendero qué seguir. Solo podía sentarse a llorar, una y otra vez, era un ciclo de repetición.
Foxy vio la puerta estar entreabierta, una diminuta luz intentaba entrar hacía la habitación ensombrecida. ¿Y sí salía del aula vacía? No, era mala idea, no quería qué nadie viera sus ojos rojos y notara qué había estado llorando.

🌈—Si sabían qué siempre lloraba, no querrían ser sus amigos.

Lo aceptaría. Aceptaría a cualquiera qué quisiera ser su amigo y daría lo que fuera por esa persona. Solo quería compañía, ¿eso era un pecado?
Estaba dispuesto a pecar si eso era verdad, no le importaba si los susurros aumentaban e intentaban devorarlo.

—¿Hay alguien ahí?

Se escuchó una voz detrás de la puerta, era bastante suave y melodiosa, para criterio de Foxy.

🌈—Nadie le dedicaba palabra, fué la primera voz amable qué escuchó en varios años.

Las lágrimas dejaron de recorrer sus mejillas, aún así, sus ojos estaban en un tono más rojizo.
La voz intentaba comunicarse con el, pero Foxy no sabía qué decirle.

—¿Estás bien ahí adentro? ¿Necesitas ayuda?

Un leve rubor ocupó el pálido rosto del de ojos ámbar, alguien se estaba preocupando por él. Foxy era un error, pero igualmente, una persona quería saber sobre su estado.
Todavía sentado en el suelo, estiro su brazo hacía la luz qué desprendía la puerta.

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⏰ Última actualización: May 18, 2018 ⏰

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