Tengo secretos para contarte,
Para que mi alma al fin quede en paz.
Necesito que mi corazón deje de llorar,
Y anhelo que mi alma se encuentre en calma ya.
Te pido que leas cada línea con atención,
Para que sepas cuanto me dolió el momento del adió...
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No quería verte marchar. Pero necesitabas irte... Tus ojos destellaban vergüenza, Y desde lejos se intuía tu tristeza.
Las palabras no eran necesarias, Pues muy dentro de mí, sabía que me amabas. Pero lo nuestro fue un rompecabezas oculto, Que tu novia descubrió sin mucho apuro.
Estaba manchada de acuarelas negras, Observando de cerca tus huellas impregnadas en mi piel. Pensando que no era del todo culpable, De ser yo, tu amada amante.
¡Aléjate!, te pedía. Porque no quería ver tus retinas. ¡Largarte!, musitaba; Con un gigantesco dolor en mi alma. La opción de detenerte andaba rodeando mi cabeza, Pero no podía continuar con aquella escena. Deje que te fueras, con un dolor punzante en mi cabeza. Y deseando en secreto que volvieras a mí, Olvidándote por completo de ella... Y siendo feliz junto a mí.
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