Capítulo 10: Iemitsu Sawada, Nana Sawada, Timoteo Vongola

Start from the beginning
                                    

Una nube que le estaba cayendo a golpes a todo el mundo, un rayo, una tormenta que estaba destruyendo todo a punta de bombas que nadie sabía de dónde demonios estaba sacando, un sol que estaba corriendo por toda la playa cargando a su hermana en brazos felizmente como si nada pasara, una ni-en realidad dos nieblas, una de ellas riéndose de todo y echándole más leña al fuego, y la ora escondiéndose detrás del primero con otra chica que era obviamente una civil, y una lluvia que trataba de calmar todo pero estaba fallando épicamente, más bien estaba echándole más leña al fuego.

- ¡¿Qué demonios pasa aquí?!

Cualquier otro, en realidad cualquiera que no fuera alguien de ese grupo, se hubiera detenido y hubiera comenzado a pedir disculpas, pero a nadie de ellos le interesaba remotamente al joven león Vongola y a su esposa, quien solo parecía divertiste ante todo el caos. Nono no podía culpar a Iemitsu, pues casi nadie lo ignoraba así ahora, y esto era peor que-

- ¡¿Qué demonios quieres vejete estúpido?!

Si, esto era peor que ser ignorado, a ninguno de ellos le importaba en lo más mínimo quien demonios era el, o ellos, porque ni siquiera a él le estaban dando mucho respeto que digamos. No obstante, ignorando el shock de Iemitsu, quien no sabía cómo reaccionar, a Nono no le sorprendía para nada todo esto... Era un perfecto set de jóvenes guardianes, pero era algo casi imposible de obtener, no sin un cielo, pues eran tan volátiles que poniendo más de tres juntos (y lograr que se quedaran así) era una receta para el desastre. No había un cielo, no había nadie más, y dudaba altamente que su hijo hubiera reunido otro conjunto de guardines, en especial porque se estaba emborrachando y...

- ¡VOOOOOIIIIIIIIIIII!, ¡mocosos-

- ¡Ya cállate pendejo! - ¡Crash!

Takeshi solo podía sudar frio, nuevamente habían noqueado al pobre Squalo, y Leviatan... bueno, el pobre aún seguía en el auto tratando de procesar todo. Más bien no sabía cómo habían llegado en una sola pieza.

-... Hijo-

- No, que lo arregle su jefe. – Sentencio Xanxus sin quiera dejar terminar a Nono, tomando otra botella.

Su jefe solo tenía que decir unas pocas palabras y listo, todo el caos desaparecería, mientras que si él lo intentaba no le harían caso o terminaría como Squalo o aun peor: combatiendo a todo el grupo. Nono solo pudo pestañear, pero no tuvo tiempo de preguntarse a quién demonios se refería, debido a que sucedió algo que nunca antes había visto en su vida, incluyendo la parte mafiosa.

- Yare, yare... - El adolescente ya había tomado asiento en una mesa algo ya destruida, y estaba robando algunas papitas fritas mientras fumaba, esperando que los 5 minutos pasaran. ¡Bam! – Ita, ita...

- Es malo fumar, te puede dar cáncer o peor, ¡eres muy joven! – La escena hubiera sido divertida si... si no fuera porque no había nadie más allí. – Aparte, ¡es malo robar!, ¡eso no es tuyo!

- ¡Soy un mafioso-

- Mafioso mi trasero, eso no es tuyo así que respeta. – Si, seria increíblemente gracioso si no estuviera pasando el fin del mundo a un lado y de paso no fuera aparentemente un fantasma el que estaba hablando. – Que seas mafioso no te da excusa alguna para ser un ladrón, o una mala persona. Si tienes hambre solo pide algo, o espera los 5 minutos que solo te quedan 3 y medio, Santo Cielo, no tienes modales o paciente alguna... - ¡Una silla se movió sola! – Lambo, más te vale comportarte, estarte regañando no es gracioso, por no hablar de que ya estas mayorcito-Saca otro y te quemo el pantalón. – Amenazo viendo el otro cigarrillo. Lambo obedeció, algo asustado, Tsuna no estaba bromeando.

An Unwanted WishWhere stories live. Discover now