La fuerza del empeño y la dedicación.

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Samuel Agüero es un jugador de fútbol profesional, que sabe lo que es el esfuerzo. Su padre, un humilde fontanero, que se caracteriza por su sentido de justicia, lo crío enseñándole el valor de las cosas. Sami, recuerda siempre de dónde vienes, recuerda  el valor de las cosas, no olvides que la mayor recompensa de la vida, se consigue con esfuerzo y dedicación.

Samuel no olvida las palabras de su padre,  es reconocido por ser humilde, por dar siempre su mejor esfuerzo, hasta acabar rendido, es su sello de identidad, eso y su sonrisa sincera.

No es de los jugadores guapos que salen en los anuncios publicitarios, pero la fuerza de su tiro es temido por todos los porteros a los que se ha enfrentado.

Cuando los rumores de que formaría parte de la selección nacional, empezaron a sonar, Samuel decidió seguir como estaba.  Él ya da todo y mas con su equipo, solo tenía que seguir así y fue precisamente eso lo que le valió el pase.

Samuel es ahora un jugador de la selección de su país, que jugará su pase a la clasificación  para el mundial en su próximo partido.

Se entrena con el grupo llevando orgulloso la camiseta del país, es recibido con cariño por sus nuevos compañeros, aunque algunos son sus compañeros de club, a otros se ha enfrentado en muchos partidos. Pero ahora son compañeros de selección, la selección de su país, y no hay casaca más importante para un jugador que esa.

Entrenaron juntos, como el equipo que eran, durante semanas, ahora estaban listos para empezar el gran viaje, el mayor viaje.

El joven guaraní no cabe en sí de la emoción, su sueño se ha hecho realidad, su esfuerzo le consiguió su tan anhelado deseo y los nervios le impidieron dormir, justo la noche antes de viajar. Se pasa el tiempo mirando el techo de su habitación, solo pensando e imaginando como se sentirá, en cuanto pise el campo contrario y el árbitro pite el silbato para empezar.

Antes de darse cuenta ya había amanecido, llama a sus padres, quienes le desean toda la fuerza del mundo, e incluso a través de la línea telefónica, puede sentir el amor que sus progenitores le prodigan.

Llega el primero al campo de concentración, siempre lo hace, se cambia en los camerinos mientras sus compañeros van entrando, se saludan, se hacen bromas, pero los nervios se sienten, es un partido decisivo, importante y su primero como equipo.

Miles de admiradores esperan ansiosos la salida de sus ídolos, las pancartas se elevan con sus mensajes de ánimo  y fuerza.

Por fin todos están listos para subir al autobús.

Empiezan a salir. Los gritos, los flashes, todo el cariño de la gente,  se siente la pasión por el fútbol, las esperanzas puestas, en estos jugadores.

Samuel sale de la sede y sonríe emocionado, lleva ya un tiempo siendo conocido, pero no se acostumbra a ser famoso, su sonrisa esconde su timidez, pero cuando corean su nombre, siempre se arma de valor y se acerca a sus admiradores, posa con ellos, firma autógrafos, abraza, conecta con la gente y es sincero. El cariño que le dan, él lo devuelve dando todo en cada partido y así piensa hacerlo también en esta ocasión.

Una mujer está intentando abrirse paso entre el gentío, y a duras penas lo consigue, llega hasta la barricada y busca a alguien hasta que lo ve, entonces grita el nombre de Samuel, lo hace con tanta insistencia y necesidad para que su voz suene sobre el de la multitud.

El jugador está a punto de subir al autobús, pero oye la llamada de una voz femenina, esta es  diferente a la de los demás, es urgente, necesitada, tiene una carga de tristeza palpable que el joven no puede ignorar. Se acerca de nuevo al gentío y busca a quien lo llama con tanta insistencia.

Se acerca a la mujer, a quien reconoce sin problema, es la única que tiene lágrimas en los ojos por tristeza, no por emoción.

Ella enseguida le coge de la mano y le ruega que agarre el papel  que le ofrece, Samuel lo hace y ella se lo agradece asintiendo mucho y llorando mientras se deshace en gracias y más gracias.

Samuel vuelve al autobús,  observando de vez en cuando a la mujer, que se aleja mientras la gente sigue animando.

Un disparo certero.Where stories live. Discover now