28. ¿¡Eras tú!?

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Desde lejos vi a Flavio y a Ana entrando en el comedor, buscándonos

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Desde lejos vi a Flavio y a Ana entrando en el comedor, buscándonos. Les hice una seña con la mano para no armar un escándalo y ambos se acercaron hasta nosotras, sentándose en las sillas que estaban a nuestro lado.

—¿Qué ha pasado? ¿Cómo está Álex?

Miré sus profundos ojos azules, brillaban preocupados por mí y podía ver como miraban hacia el corte que tenía mi camiseta aunque tratara de disimularlo.

—Han tenido que inducirle al coma, ha perdido mucha sangre —susurré con un profundo dolor en el pecho.

—¿Cómo...? ¿Quién? —no conseguía articular bien las preguntas.

—Prefiero contártelo más tarde, es un poco...delicado —contesté mirando con disimulo hacia Ana.

Flavio me miró con gesto serio pero asintió al darse cuenta de lo que quería decir, no quería involucrarla más de lo que ya estaba, cuanto menos supiera mejor viviría.

—Ana —la llamé—. Marco ha muerto, por fin estamos a salvo.

—¡¿Sí?!

Sus ojos marrones se agrandaron por la sorpresa y soltó un suspiro de alivio, sabía que el tema de Marco nos afectaba a ambos pero más a ella, era muy pequeña para llevar ciertos temas y muchas noches se despertaba entre sudores, soñaba que Marco volvía a secuestrarnos, me recordaba tirada en el suelo con lágrimas en el rostro y marcas en la piel.

—Sí, cielo. Por fin podremos descansar tranquilas. Y...hay una cosa más —añadí mirándola tratando de no sonreír, sabía que le iba a hacer mucha ilusión.

—¡¿Qué?! ¡Me vas a matar de un infarto con tanta tensión!

—Tu hermano está con Cristofer en una de las salas del hospital.

—¿¡Dani?! —chilló como loca ganándose miradas de enfado por parte del resto de personas del comedor.

—Shh, baja la voz. Ahora le vamos a ver.

—Sí, por favor —dijo entre lágrimas—. Le echaba tanto de menos...

Flavio contemplaba la escena sin articular palabra, por las arrugas de su frente intuía que no le agradaba mucho la idea de que fuera a ver a Daniel pero sabía que tenía que acompañar a Ana, además él me había salvado la vida, lo mínimo que podía hacer era agradecérselo.

—¡Vamos, Alma!

—Voy con ella, ir con Álex a ver si salieron mis padres, no quiero que se queden solos. No tardaré mucho.

Me levanté de la silla mirando a Flavio de soslayo, aún tenía los sentimientos revueltos por la aparición de Daniel pero tenía claro que le quería, Flavio me hacía feliz. Era extraño, pero el simple hecho de saber que volvería a verle a escasos centímetros de mí aceleraba mis pulsaciones, me ponía muy nerviosa.

Sombras Unidas #2 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora