25. Mala hierba nunca muere

2.5K 418 260
                                    

Cada minuto cuenta... apúrate, por favor. Sino será demasiado tarde.

    —E tu dove credi di andaré, mia cara? —preguntó Marco aproximándose hasta donde me encontraba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

    —E tu dove credi di andaré, mia cara? —preguntó Marco aproximándose hasta donde me encontraba.

Al escuchar su voz mis pies se quedaron clavados en el suelo y comencé a temblar, era la primera vez que lo veía con claridad, sin esa penumbra que había en el prostíbulo, donde solo podía ver su silueta.

Marco imponía, era alto y musculoso, llevaba los brazos tatuados y sus ojos azules acompañaban a su rubia cabellera y blanca piel, más que italiano parecía ruso. Agradecí mentalmente el tener a Flavio en mi vida, él me había ido enseñando italiano y entendía a Marco mucho mejor que el año pasado.

—¡Déjanos marchar!

Su rostro se tensó y se acercó hasta el inerte cuerpo de Melissa, ignorándome por completo. Deposité con cuidado a Álex en el suelo, quería salir corriendo y dejar todo atrás pero era consciente de que no podría al tener que llevar a mi hermano en brazos, Marco tardaría menos de cinco segundos en atraparme. Mi respiración comenzó a agitarse, pude escapar de Melissa pero de él ya sería más complicado, era mucho más frío y calculador, no parecía tener ningún punto débil que aprovechar.

—L' hai uccisa?

Asentí sin decir palabra, no sabía cómo podría actuar, Marco no sería tan fácil de manipular y cualquier paso en falso me haría estar muerta. «¿Por qué no me secuestras ahora, Cristo?» maldije para mis adentros, daría lo que fuera por ver su rostro otra vez.

—Cazzo! —bramó—. Fanculo i soldi.

—¿La pasta? —pregunté retrocediendo hasta chocar con la pared.

—Perché cazzo ti voglio se non? Melissa mi ha promesso una grossa cifra se ti avessi trovata .

Le miré enmudecida, cada vez me quedaba más claro que a las personas como él solo les importaba el dinero, vivían por y para ello, mataban para ello...era repulsivo. Contemplé las arrugas que estaban formándose en su frente y como sus manos se cerraban en puños, estaba enfadándose y eso no significaba nada bueno.

—Entonces déjanos marchar, ya no te servimos para nada —imploré.

Marco esbozó una sonrisa en su rostro, una sonrisa que terminó transformándose en carcajada, su sonido erizó toda mi piel al instalarse en mis oídos, me miraba como si hubiera contado el mejor chiste del mundo.

—Mi hai lasciato senza soldi, allora pagherai per questo. Io ho sempre avuto curiosità di provarti e il giocattolo non mi ha lasciato tutto soddisfatto—escupió con odio mirando a Álex.

—¡¿Qué le has hecho?!

—Niente, solo divertirmi un attimo, mi piace sentire dal dolore altrui, fa sì che ti me drizza—contestó sonriente alzando la barbilla.

Sombras Unidas #2 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora