Con sus recuerdos borrados, dos niños que cuidar, enemigos a la vista y una verdad que descubrir, Alaska Stone no sabe porque es adicta al olor a vainilla... porque siente que la vigilan y sobretodo, porque dibuja un par de ojos oscuros todos los dí...
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Aveces pensar en lo que va a pasar aumenta el sufrimiento, no sabes si la otra persona reaccionará como tu crees que lo hará. Por eso son fascinantes todos y cada de uno nosotros, reaccionamos de manera diferente... somos tan diferentes... me atormenta con cada segundo que pasa la respuesta final de mi padre, lo amo y debe saber que nunca lo dejaré de ver como uno pero si se quiere ir de mi lado... entonces lo aceptaré.
Prefiero no tenerlo físicamente a mi lado pero tenerlo de algún modo apoyándome, que perderlo para siempre. Scott me pregunto a donde fui y le conté todo porque se que el puede apoyarme y me dio un poco de razón al tratar de encontrar como convertir a alguien en cambiante. Nadie sabe la respuesta y por eso mismo, he aprovechado que me ha citado mi padre en la casa de su esposa para llevar a Asher ya que tengo un poco de esperanza en el porque, según sus palabras siempre hay una respuesta pero nadie la quiere ver.
Vamos en la camioneta de Scott de camino a la dirección que me dio mi padre y el silencio es sepulcral pero no incómodo. Sigo un poco cabreada por los periodistas que estaban afuera del departamento, ¿no tienen nada más que hacer?
—pudiste destrozarle la nariz a Eva porque ya tienes mi poder— rompe el silencio mi chico— ya tienes el control en las plantas, control mental, fuerza sobrehumana... con el tiempo se manifestará el último poder que compartirás conmigo—asiento—recuerda que aquí estoy— agrega y me agarra mi mano sin despegar su vista de la calle
—tu hipótesis es muy buena, acerca de los ojos— admite Asher— necesito investigar un poco más para darte resultados—asiento justo cuando la camioneta se detiene en una casa victoriana. No es muy grande pero se ve hogareña gracias a que ya están los adornos de navidad. Todo el barrio es igual, cuando salgo Scott entrelaza su mano con la mía y me genera un poco de seguridad cuando hace eso.
Nos acercamos a la casa número 48 y Scott toca un poco fuerte. Unos segundos más tarde aparece Malia con una excelente sonrisa.
—hola, querida—me saluda— pasen, el frío esta muy fuerte—asentimos todos y aunque yo no tengo tanto, comprendo a Malia ya que debe estar acostumbrada al clima cálido— un gusto, Malia Stone— se presenta con Asher y este la saluda con una sonrisa—tu padre esta en la sala, yo estaré arriba—asiento mientras nos dirige por un pasillo estrecho pero con muchas fotos de playa y me quedo viendo una, mi padre y ella en las vegas casándose. Ella lleva un vestido blanco sencillo y Brent un traje igual pero se le ven tan felices... me pregunto si mi padre le ha contado acerca de todo a Malia.
Llegamos a un comedor de madera brillante, caben perfectamente seis personas y a la cabeza esta mi padre. Luce cansado y más viejo que nunca... el corazón se retuerce.
—los dejo, para que hablen— Malia desaparece en las escaleras de arriba. Mi padre me mira y hace un gesto para que nos sentemos
—me duele— responde Brent señalando su pecho—me duele que cuide de dos niñas toda mi vida y que ninguna lleve mi sangre— trago saliva
—entiendo si te quieres ir o dejarme de hablar— pero mi padre me calla
—ustedes dos siempre serán mis hijas, nunca va a cambiar eso—siento como el aire vuelve a mi cuerpo, como vuelvo a respirar normalmente—seguiré con ustedes, porque aunque tú no eres mi hija... eres una mujer increíble que se ha ganado mi apoyo y amor incondicional— mi primera lágrima cae— yo te crié, eres mi hija
—lo soy— concuerdo— mi verdadero padre quiere que pase tiempo con el—Brent tuerce el gesto— el tampoco lo sabia, no tiene la culpa de nada— defiendo
—losé—suspira
—no me cambiaré el nombre— digo en voz alta para que Scott y Asher entiendan— mi nombre será Leah Alaska— Brent asiente—Cox Stone—termino— tú eres mi padre y eso nadie podrá cambiarlo
—gracias por darme el sentimiento de ser padre, Alaska— agradece Brent y por primera vez desde que llegue soy capaz de verlo a los ojos. Me quedo viendo a su iris azul, a esa mirada que me dice todo acerca del alma de mi padre.
Ahí lo comprendo, le tengo que ofrecer la inmortalidad a mi padre, a Brent Stone.
—papá— le llamo—quiero que pases la eternidad conmigo, yo puedo convertirte en cambiante— el se sorprende—quiero que estes conmigo todos los días—ruego y el silencio se hace presente, Scott no ha dejado de apoyarme y Asher mira a mi padre y a mi con suma atención.
Mi corazón late frenéticamente ante la espera, quiero que este conmigo toda la eternidad.
—Alaska— dice, por fin—la respuesta es no—siento como si el mundo se escapara de entre mis manos. Todos se quedan atónitos ante su respuesta.
—¿qué?—vuelvo a preguntar—podrías pasar toda la eternidad con tus seres queridos... conmigo— lloro
—Alaska, hija—me agarra la mejilla, como siempre lo ha hecho cuando estoy triste—yo nací sin un destino de inmortal, no es mi vida— responde con cuidado— le tengo respeto a la vida, se que tiene un inicio, un desarrollo y un final- no puede ser que mi padre este negando la inmortalidad—no quiero vivir para siempre, quiero una vida donde mis huesos comiencen a desgastarse, canas y arrugas comienzan a salir, que ya no pueda caminar... que mi corazón deje de latir— no, no, no
—¿no piensas que me destruirás cuando te vayas?—digo, agitada. Estoy descargando toda mi ira
—necesitas aprender a vivir con el dolor de ver a tus seres queridos morir, a ti te toco ser inmortal... a mi no—lloro—necesitas sentir mi muerte para recordarte que nunca debes dejar de ser humano— asiento— prométeme una cosa pequeña
—lo que sea
—nunca dejes de vivir—sonrió aún con lágrimas en los ojos
—lo prometo
La predicción de Eva se ha cumplido y debo aprender a vivir con la decisión que mi padre ha tomado.
—te tengo una noticia, cariño— interrumpe—Malia esta embarazada, me lo acaba de decir hoy antes de que llegaran— sonrío por que enserio me alegra. Me alegra saber que mi padre por fin encontró la familia que no estaba buscando pero que tanto le habían arrebatado. Los ojos de mi padre brillan al decir eso y no puedo hacer nada más que compartir su felicidad.
Aprovecharé cada minuto contigo, Brent Stone hasta que tu corazón deje de latir. Es una promesa.
