Era un día como cualquiera en el que Zamas iba caminando mientras leía.
- Hola Zamas - Dijo un azabache enfrente de él con ternura, mientras miraba como bajaba el libro para verlo -
- ¿Black? ¿Que haces aquí? - Dijo viéndole un poco -
- Sólo pasaba y te vi caminando, oye ¿Quieres jugar? - Pregunto simpático como un niño -
- ¿Jugar? ¿A que? - Dijo con un aura amigable, le encantaban los juegos no podía negarlo -
- A girar, verás sujetas mis manos y viceversa mientras rodamos en un mismo lugar hasta que uno caiga o se suelte -
- Suena divertido, si quiero jugar - Respondió mientras dejaba su libro en una banca y sujetaba sus manos tal como le había indicado -
En unos segundos empezaron a girar, giraban y giraban, justo cuando pararon Zamas cayó y comenzó a rodar colina abajo con Black, ambos rieron mientras caían en la colina, cuando llegaron hasta abajo cayeron en una posición algo comprometedora, Zamas había caído encima de Black.
- Perdón Black - Dijo queriéndose levantar justo cuando lo hacía Black lo sostuvo para que no se levantará -
- Quedate ahí, me gusta estar así contigo - Dijo viéndole con una sonrisa pervertida -
- Ja ja ja - Rodo los ojos algo sonrojado - Eres un tonto pervertido - Dijo viéndole -
- Jajajaja... Sólo contigo soy así - Respondió acercándose a sus labios - La última vez no me dejaste besarte, esta vez no te escaparás - Dijo y en un rápido movimiento besarlo con ternura mientras evitaba que se separará -
Lo besó con calidez, luego de un rato se separó, Zamas con vergüenza se teletransportó a su casa dejando solo al azabache mientras este suspiraba como tonto enamorado.
- ¿Mmm? - Dijo elevando su vista hacia la banca, donde el libro del Kaio estaba - Otra vez olvidó algo - Dijo recordando el Diario -
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Hola... No tengo mucho que decir.
Espero con ansias sus comentarios...
