11.

10 2 1
                                    

El día de declarar la nueva mariscal ha llegado

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.

El día de declarar la nueva mariscal ha llegado. Al salir de la clase de historia, me dirijo a mi casillero donde veo apoyado a un Dylan muy nervioso.

–Oh ahí estas Grace– dice con una sonrisa muy nerviosa.

–¿Pasa algo Dylan?– pregunto abriendo el casillero, sacando mi bolso y metiendo algunos libros.

–Yo...ah...quiero saber que cosas le gustan a Amber– responde. 

–Deberías saberlo, están saliendo– digo con obviedad caminando hacia el campo.

–Si lo sé, pero es que quiero pedirle que sea mi novia y quiero que sea con cosas que ella amaría en ese momento– su voz es lenta y nerviosa. Detengo mi paso y giro sobre mis talones quedando frente de Dylan.

–¡¿Que quieres que?!

–Lo que escuchaste– sonríe.

–Mira, ella ama las margaritas, ama los peluches gigantes y más si son pandas, cómprale una caja de Ferreros y muchos globos, ama los globos– digo mientras el anota en su celular lo que acabo de decir.– si necesitas ayuda me avisas.

–¿Cuando es su cumpleaños?– pregunta abriendo el calendario.

–¿Es en serio?– pregunto y el asiente–Viernes de la otra semana– respondo.

–¿Me ayudarías a hacerlo ese día?– pregunta.

–Claro, también llevare unas cosas para ayudarte mejor– sonrío dando media vuelta para seguir el camino que me falta. Al llegar, todas están sentadas en las gradas.

–Llegas tarde– dice la entrenadora Allen cruzando sus brazos.

–Tendia asuntos pendientes– ataco dejando mi bolso en el piso.– esta fue una decisión muy difícil porque todas aquí tienen mucho talento... la nueva mariscal es Camille Jackson. 

–No me jodas Grace ¿en serio?– Camille sonríe algo nerviosa y sorprendida.

–No te estoy jodiendo, ven aquí, te tengo un regalo– hago una seña para que camine hacia donde estoy y ella hace caso. Se pone al lado mío y yo saco de una bolsa un uniforme azul con el número 8.

–Grace mi número no es ese– dice mirando su nuevo uniforme.

–No, no lo es, porque...– saco el número 20 que si es de ella– este es el nuevo de Rita.

–Grace soy suplente, no puedo recibir eso– dice negando con la cabeza.

–Yo sé que lo quieres, ven– ella se levanta y recibe el nuevo uniforme– vas a jugar en la semifinal.– ella me abraza pronunciando un "gracias".

–Bueno que esperan para estrenarlo– dice Amber muy entusiasmada. 


PoV Camille.

No puedo creer que Grace me haya convertido en mariscal. El entrenamiento ha terminado y llevo esperando a mi tía más de quince minutos. Llamé a mi abuelo pero me dijo que estaba cuidando a la abuela. 

–¿Necesitas que alguien te lleve?– Rhys aparece cerrando la puerta de su coche.

–No te preocupes, creo que iré caminando– respondo.

–Deja que te llevemos Cami– Grace sale por la puerta pública abrazando a su hermano.

–Esta bien– me rindo subiendo al auto de Rhys.


Cuando llego a mi apartamento, subo las escaleras hasta llegar frente a la puerta. Hasta afuera huele la repugnante marihuana. Abro la puerta viendo a mi tía jugar poker con otros vecinos. 

–Hasta que llegas niña, en la nevera está tu cena– dice mi tía soltando el humo de su porro. 

–Me quedé esperándote– digo entre dientes caminando hacia la cocina.

–Sabes que mi auto esta averiado– me mira.

–Y que te cuesta pedir un maldito Uber para llegar a mi escuela, mierda– ataco sacando mi cena. No es una cena, es una especie de puré de papa con moho y un pedazo crudo de carne.

–¿No vas a comer?– pregunta poniendo un billete sobre la mesa.

–Se me quito el hambre, voy a salir a ver que encuentro– respondo agarrando un abrigo y saliendo del apartamento. Salgo del edificio caminando mientras observo qué sitio esta abierto para comer. Por suerte el restaurante de la señora Alba esta abierto. Abro la puerta haciendo sonar la campanita.

–Hola mi niña– saluda la Sra. Alba contando su dinero.

–Buenas noches señora Alba– saludo.

–Dime solo Alba cariño, ¿otra vez te dejaron la cena del asco?– pregunta acomodando su cabello rizado. Yo asiento con la cabeza– ahora mismo te prepararé una hamburguesa.

–Muchas gracias Alba– digo mientras me siento una mesa. En cuanto me siento, llega mi viejo amigo Marco– hey.

–Sabía que estabas aquí Ratona– dice sentándose frente a mi. 

–Supongo que ya sabrás porqué Ardilla.

–Perdón pero tu tia es una gran mierda.

–Lo es. A veces cocina cosas ricas cuando no está drogada ni tiene cosas que hacer.

–Mira mi niña, aqui esta tu comida– Alba llega con la hamburguesa y una Coca-Cola. Llegó más rápido de lo que pensé.

–Muchas gracias– sonrío dándole un mordisco a mi hamburguesa.

–¿Deseas algo muchacho?– le pregunta Alba a Marco.

–Estoy bien, gracias– responde la Ardilla. Alba asiente caminando hacia la cocina.

–¿Por qué me seguiste?– pregunto agarrando una papa frita.

–No queria que comieras sola Ratona– responde.

–No era necesario.

–Cállate y come– ordena robando una papa de mi plato.


Cuando termino de comer y de un intento de pagar mi plato (porque Alba me dijo que no me recibiría el dinero, que el plato era un regalo), camino con Marco en silencio hasta el edificio. Cuando llegamos a mi apartamento, Marco me pega a la pared y agarra mis mejillas.

–¿Qué haces?– susurro. Marco posa sus labios sobre los míos de una forma muy tierna. 

–Lo siento– dice cuando se separa de mi. Agarro el cuello de su abrigo y le doy un beso rápidamente. 

–Cállate– ordeno con una sonrisa maliciosa, viendo como a él también se le forma una. Abro la puerta de mi apartamento, cerrándola detrás de mi.

–Alguien te trajo algo, lo puse en tu cuarto– dice mi tía organizando las cartas. Camino hacia mi habitación encontrando un ramo de flores y una nota.

<<Para la Ratona que se ha ganado mi corazón de queso.>>




Amor enfermizoKde žijí příběhy. Začni objevovat