Capítulo I ''Acéptalo ha terminado''

14.6K 537 29
                                    

Capítulo I 'Acéptalo, ha terminado'

'El mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no puede sacarse del corazón'-Mario Benedetti.

Cinco horas antes

El sonido de mis tacones resonó por toda la planta de la empresa en la cual trabajaba mi novio. Ya eran alrededor de las once y pico de la noche. La planta se encontraba media vacía, sólo andaban dos o cuatro personas deambulando por ahí.

Divisé con la mirada la oficina de mi novio y, algo entusiasmada, comencé a caminar hacia esta.

Nicholas no sabía que vendría a buscarlo, por lo tanto sería una sorpresa.

Con cada paso que daba escuchaba unos gruñidos y algunos gemidos. Y los latidos de mi corazón comenzaron a acelerarse. Ya me estaba haciendo una idea de lo que estaba pasando en la oficina de mi novio.

Con manos temblorosas giré la perrilla de la puerta y la abrí lentamente. Al ver lo que estaba pasando, solté un gritito haciendo que el gran hombre y la mujer con la cual estaba follando se dieran la vuelta y lograran verme.

¿Qué fue eso? Ah sí, fue el sonido de mi corazón rompiéndose en mil pedacitos.

Creí que tal vez los que estaban follando eran otras personas ajenas a mí, pero no fue así. Mi fiel y honesto novio -con todo el sarcasmo del mundo- , estaba follando con su secretaria.

Nicholas al percatarse de que era yo, comenzó a colocarse los pantalones rápidamente y se acercó a mí para tratar de tomarme la mano pero yo la aparté bruscamente. Era asqueroso.

Amor... -lo interrumpí.

¡Nada de amor, estúpido asqueroso! -exclamé: ¡Eres lo peor de mi vida! Fuiste un maldito desperdicio de tiempo. No puedo creer que me hayas hecho esto. Creí que me amabas, que me respetabas... -dije llorando: pero veo que no es así. Veo que todo es un jueguito para ti. De seguro te has follado a más chicas y luego vas con tus amigos para decirles qué tan chulito y macho eres -dije sonriendo sínicamente.

No, Amelia. Eso no es así -dijo tratando de tomarme la mano como lo hiso anteriormente, pero yo volví a apartarme.

Vi que su secretaria estaba mirando atentamente la discusión entre Nicholas y yo, así que bruscamente le grité que se fuera de una jodida vez y esta tomó sus prendas y salió como alma que lleva el diablo...

Cinco horas más tarde...

Me encuentro en la peor situación de mi vida como una estúpida adolescente de telenovela, y eso que ya no soy adolescente; ya no con mis veintitrés años.

Estoy sentada en el cómodo sillón color café de mi casa con mis piernas acurrucadas en mi pecho mientras saco una cucharada de helado y me la paso por los labios para luego cerrar mis ojos y degustar del exquisito sabor del helado de frambuesa. Luego vuelvo mi vista hacia el frente, donde tengo mi plasma encendido con una telenovela romántica; sí, muy clásico después de una ruptura.

Les resumiré lo que ha pasado hasta ahora; después del lío con Nicolás llegué a mi casa a, literalmente, llorar desconsoladamente. Luego me puse a ver películas románticas y lloré horas y horas, parecía una estúpida... bueno, todavía lo sigo siendo. En conclusión, me la he pasado todo lo que resta de la noche viendo películas románticas y preguntándome por qué mi vida no es tan feliz (y fácil) como las de las protagonistas... por qué mi relación con Nicholas no fue como las de las películas.

Al poner atención a la película, me doy cuenta de que el protagonista es similar a Nicholas; alto, ojos mieles, sonrisa encantadora y cabello color castaño claro. Tan sólo con recordarlo me largo a llorar como una verdadera sentimental, así que abro mi boca para tomar otro bocado de mi helado y así poder calmar mi llanto, pero el timbre me interrumpe haciendo que la cuchara se me suelte de la mano manchando el sillón. Suelto una maldición. De seguro es Anne, ella siempre viene a estas horas de la noche a visitarme.

Me levanto del sillón y voy a la cocina a buscar un paño para limpiar. Rápidamente lo encuentro y limpio ágilmente la mancha. El timbre vuelve a sonar y suelto un suspiro de frustración.

Camino perezosamente hacia la puerta (casi arrastrando los pies). Cuando llego, abro la puerta y me encuentro a Anne, mi mejor amiga, ahí parada con una sonrisa deslumbrante, pero cuando me ve automáticamente se le borra esa sonrisa. De seguro se ha sorprendido ya que debo tener todo el rímel corrido y el cabello despeinado por estar acostada en el sillón. Aunque realmente no sé como estoy porque no me he ni mirado en el espejo.

— ¡Por Dios! Amelia, p-pero... -se lleva la mano a la boca como toda una dramática que es. —... ¿pero que te ha pasado, dios mío? –sí, hipótesis confirmada; tengo todo el rímel corrido y el pelo despeinado. Me hago a un lado para que pueda pasar y ella entra sin dejar de mirarme. Realmente me incomoda su mirada.

—Hey, reina del drama, ¿podrías dejar de mirarme de esa forma? Realmente me incomoda. –dije mirándole fijamente y cruzándome de brazos.

—¿Pero te has mirado siquiera? –dice abriendo sus grandes ojos verdes y tomándose su rubio cabello como si estuviese desesperada. Rodeé mis ojos, Anne puede llegar a ser realmente dramática, peor que novela mexicana. La veo mover la cabeza rápidamente como si estuviese saliendo de un trance y luego dice: —¿Qué te ha pasado, Amelia? –dice preocupada. Vaya, además de dramática es bipolar. Pero bueno, es mi mejor amiga y le amo.

—Nicholas me ha estado engañando por dos meses con una chica y he terminado con él. –dije mientras suspiraba. Realmente dolía mencionar su nombre y de paso recordarlo a él.

—¡¿Qué?! –exclamó alterada– ¿Cómo...? Pero... –dijo mientras sus palabras se atropellaban unas con otras y, sorprendida, se llevaba la mano a su boca como hace unos minutos atrás. —Pero Nicholas se veía tan bueno, tan caballero. –continuó mientras fruncía el ceño.

—Caras vemos, corazones no sabemos. –confesé mientras sonreía irónicamente.

—¿Y cómo te enteraste? –preguntó mientras ambas nos sentábamos en el sillón al mismo tiempo.

—Hace algunos semanas había visto unos mensajes sospechosos en su celular, como 'espero que lo de anoche se vuelva a repetir', eran anónimos, así que supuse que podrían ser de algunos amigos con lo que se haya juntado. Pero luego comencé a darme cuenta de que Nicholas llegaba más tarde a casa y antes, cuando yo salía del trabajo temprano, él siempre me llevaba a comer o me iba a acompañar a algún lugar, pero luego eso fue disminuyendo cada vez más y cuando le preguntaba porque no iba a comer conmigo, se ponía nervioso y me decía que tenía reuniones. Hasta que un día decidí ir en la noche al trabajo a buscarlo –suspiré.

Ahora venía la peor parte:— ...y me lo encontré follando con su secretaria. Le comencé a gritar que era un estúpido y miles de cosas más. Luego le pregunté desde hace cuando... –las lágrimas ya comenzaban a salir de mis ojos. Esto realmente dolía como el infierno. Anne tomó mi cabeza y la recostó en sus piernas mientras acariciaba mi castaño cabello–.. desde hace cuando me engañaba y el muy estúpido me dijo que desde hace dos meses. -levanté bruscamente mi cabeza de las piernas de Anne y la miré mientras mis lágrimas caían sin parar: —¿Puedes creer que desde hace dos meses el estúpido me engaña? ¡Dos meses! –dije levantando mis dos dedos frente a la cara de Anne para luego comenzar a sollozar. ¿Qué tenía su estúpida secretaria que no tenía yo? ¿Acaso no me quería? ¿Todas sus palabras eran mentiras? ¿Todas sus caricias las hacia pensando en ella? ¿Acaso cada vez que me hacía el amor pensaba en ella? ¿En su secretaria? Miles de interrogantes se formaban en mi cabeza, pero ninguna tenía respuesta en estos momentos.

Mis sollozos se hacían eco por toda mi casa. Anne me acariciaba la espalda mientras yo lloraba sin parar. Tener una mejor amiga sí que vale la pena y más en estos momentos.

Mi cabeza descansaba en sus piernas como hace un momento atrás y mis rodillas estaban levemente flexionadas formando una posición acogedora y reconfortante. No sé cuánto tiempo pasé llorando pero sólo sé que me quedé dormida.

Tan solo me queda resignarme y olvidar mi loca y apasionada relación que tuve con Nicholas, que para mí, en su tiempo, fue un mágico vivir.

Dulces mentiras, amor mío.Where stories live. Discover now