Había algo en sus ojos; no sabía qué era, estaba escondido en lo profundo de sus ojos grises, pero allí estaba. Se veía tan fuerte e intenso que aún con su inexpresivo rostro era visible.

Draco Malfoy tenía unos hermosos y hechizantes ojos.

—¿Qué pasaría si yo fuera una mala persona? —susurró en su oído mientras su mano se movía de su mejilla hacia su hombro, bajando por su brazo hacia su mano, estremeciendo todo su cuerpo. Hermione no podía dejar de temblar—. ¿Qué tal si yo fuese un asesino, hmm?

Su mano comenzó a apartar la manga de la túnica de la chica castaña, y ésta comenzó a sentir la urgente necesidad de alejarse de él.

—¿Acaso sabes lo que están diciendo sobre nosotros? —le dijo examinando su muñeca. Hermione se sobresaltó ante la palabra «nosotros». No hay un nosotros, quería decirle—. Dicen que estamos teniendo una aventura en secreto. ¿Puedes creerlo? Zabini quería entrometerse, así que me deshice de él —dijo burlonamente, sin soltar su mano, mientras la acariciaba con su pulgar. Su piel se sentía fría contra la suya—. Y luego pensaron que no quería que nadie se acercase a ti, así que te besuqueé.

—N-no —gimoteó la muchacha castaña. Ya había oído suficiente, y trataba con todas sus fuerzas no llorar. Trató de apartarlo, pero Draco sostenía su muñeca con fuerza. Ni siquiera la miraba, aparentemente su muñeca era mucho más interesante. Realmente algo iba muy mal con él. Tenía que alejarse pronto.

Ahora.

—La gente tiene una imaginación terrible. Aunque no puedo culparlos, realmente parecía que nos estábamos peleando por ti.

—Basta —dijo nuevamente, aliviada de que el joven rubio no llegara a ver las pocas lágrimas que escaparon de sus ojos.

—¿Por qué estás tan molesta? ¡Ni siquiera te he contado la mejor parte! Ellos creen que todas las noches tenemos sexo en la habitación de los Prem...

—¡Dije que basta! —gritó, pero él simplemente la ignoró y continuó con su verborragia.

—En la habitación de los Premios Anuales. Hasta piensan que no eres como siempre, tan puritana cuando estamos teniendo sex...

La palma de su mano colisionó fuertemente contra su mejilla, y le detuvo antes de que pudiera terminar de hablar. Su respiración estaba entrecortada y las lágrimas le nublaban la vista. Se las limpió rápidamente con la mano, pero, aun así, no se atrevía a mirarlo.

¿Qué había ocurrido? Antes no era así... tan vacío, tan frío.

Hermione comenzaba a entender lo que Blaise trataba de decirle; ella no lo conocía. No conocía a Draco Malfoy, ni una pizca.

Se quedó allí con sus manos transformadas en puños. Seguramente se iría corriendo, como había hecho cuando lo golpeó en tercer año. Pasaron unos minutos, pero para ella parecieron horas. Y él seguía allí.

Finalmente alzó su vista; casi grita al verlo con una sonrisa en su rostro.

—Déjame ir. Ahora —dijo furiosa, incapaz de detener los temblores que sacudían su cuerpo, no de miedo, sino de ira. Las lágrimas volvían a amenazar con escapar de sus ojos.

Sus ojos nunca abandonaron los grises del rubio, y para su sorpresa, se apartó de ella.

—Como desees, Hermione. —Soltó su nombre con tono empalagoso. A Hermione no le gustó para nada, recogió su varita rápidamente y se marchó.

—Al final te tendré —añadió en un susurro, pero ella ya se había marchado.

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Sus hermosos y aterradores ojosNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ