2 El asesinato del Conde

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Me encontraba en el salón grande. Oscuro como una cueva, con un estilo gótico que aterrorizaría cualquiera que se atreviera a entrar. Me miré a un elegante espejo.  Mis colmillos resaltaban como nunca, y mis rojos ojos daban más miedo que nunca. Justo como me gustaba. Sonreí. Mi capa daba leves brillos, estaba impecable. Esta era mi noche. Y la noche de todos los inmortales invitados a mi fiesta. Era nuestro momento de celebrar. Miré un calendario con forma de círculo. 31 de diciembre. Ja, que gracioso, el mismo día al que los humanos llamaban "Año Nuevo".
Me di la vuelta. Sentí una presencia extraña. Si hay algo que tengo como habilidad, es tener un amplio sentido de percepción. Caminé unos pasos, los cuales resonaban en toda la Sala como en una Iglesia.
A mi nada me daba miedo. Podía dar mucho miedo, pero a mi nada me asustaba. Nada. Entonces se apagaron las luces. El lugar quedó completamente a oscuras.
-Idiota, ¿no sabes que soy un vampiro? ¡Puedo ver en la oscuridad!
-Es verdad, puedes verlo.-me contestó una sombría voz.-Por eso será peor para ti.-dijo entre risas.
Entonces, vi a alguien de espaldas. Su capa era muy parecida a la mía. Me acerqué precavidamente, a pasos lentos.
Entonces volteó. Y dió un grito que me estremeció hasta lo más interior de mí. Sus ojos estaban blancos, y aún así, sabía que me miraba sin parar.
Era yo.
Corrí y le di un golpe lo más fuerte que pude en la cara. Subió su rostro,  me miró y se esfumó.
De repente sentí otra presencia atrás mío. Volteé y estaba ahí, mirándome. Sentí como aparecían más y más a mi alrededor. Tenían una risa malévola, una risa estremecedora. Se acercaban hacia mi a pasos lentos. Sin embargo, sabía que era mi propia risa. Lo sabía  en lo más profundo de mi ser y me daba más miedo que nunca. Entonces lo entendí.  Mi mayor miedo...era yo mismo. Había causado tanto terror a todas las criaturas, que no me había dado cuenta cuan aterrorizante había llegado a ser. Esa...era mi debilidad.

En las afueras del Castillo, un grito sonaba:
-¡Han asesinado al Conde Dracunus! ¡Han asesinado al Conde Dracunus!
En los alrededores de la Mansión se encontraba un gigantesco estadio, con la forma de un Coliseo. Adentro, habían luces de todos los colores. Era como una mansión por dentro. La noticia no tardó en expanderse, y los curiosos no faltaban. Todos, de alguna manera, querían aportar algo en todo esto. A pesar de ser criaturas tan diferentes, todas estaban unidas por una sola causa, porque todas habían sido despreciadas por los humanos, alguna vez. Y echados en el olvido. Los murmuros, rumores y conspiraciones sonaban por todo el lugar.

-¿Haz escuchado Ruperta? Han asesinado al Conde Dracunus, y no sólo eso. Se sospecha que su pariente, el mismísimo Conde Drácula, ha sido el responsable.-decía una mayor ninfa del bosque.
-Sí, Cecilia. Si lo he escuchado. Pero no puede ser cierto. Yo conozco bien al Conde Drácula, y el sería incapaz de hacer algo así, sobre todo a su propia familia.-contestaba la otra ninfa.
- ¿A qué viene este de chismorreo de tías?-preguntó con humor un joven centauro que acababa de llegar.
-Lo sentimos, Alexis, pero hablar de esto es algo inevitable en este momento. Todo el mundo habla de ello.
-¿Tú sabes algo, Alexis? -preguntó la otra ninfa.
-No, la verdad.-dijo el joven sentándose.-Lo único que sé esque se sospecha de Drácula. Y que si fuera él, pues en ese caso ha sabido ocultar muy bien las pruebas.
En ese momento entró en el lugar un vampiro. Todos se callaron y se voltearon a verlo. Era Drácula.
Murmullos de desaprobación surgían, y ya habían troll que preparaban sus mazos para lanzarse sobre él.
Rápidamente, El Conde giró sus ojos rojos y penetrantes hacia Alexis.
El Conde se acercó, mirando de reojo a la gente, aún no seguro si decir esto en público.
-Alexis, necesito tu ayuda.
-¿Disculpa?
-Sé de lo que se me está acusando. Pero déjenme decirles que de los que están haciendo más esfuerzo por encontrar al asesino soy yo. El maldito seguro ha creado esta conspiración para desacerse de su culpa. Podría estar entre nosotros.-dijo, mirando al público.  Ninfas, hombres lobo, enanos, fénix, elfos y toda clase de criaturas se miraban los unos a los otros. Un sentimiento de sospecha llenaba la sala.
-Sé que están intrigados por lo que pasó, y yo con más razón. Soy su sobrino, y quiero descubrir al maldito que se atrevió a asesinarlo.
Las criaturas empezaron a conversar agitadamente, seguro levantando más sospechas y conspiraciones.
-Sé que quieres saber quien mató a tu tío. Ahora dime porque quieres mi ayuda- dijo Alexis.
-Quiero saberlo tanto como todo ustedes.-dijo con una voz que quería convencerlos.-Pero no encontrarán la respuesta en este lugar, no aquí.-dijo mirando a todas las criaturas.-Tenemos que ir a la Mansión del Conde. Sólo ahí encontraremos las respuestas que buscamos.
-¿Y qué tengo que ver yo en todo esto? -dijo impaciente Alexis.
-Lo iremos hablando en el camino a la Mansión.-pero Drácula se dió cuenta que no lo iba a convencer tan fácil.
-Está bien. Sé mucho de ti. Tienes una gran reputación entre tu tribu. Sé que haz sobrevivido a un montón de aventuras y superado un montón de pruebas, destacando además por tu inteligencia. Por eso sé que seras útil.

La Celebración de los Inmortales (Concurso de Fantasía)Where stories live. Discover now