Nunca Sere Tuya

Capitulo extra

Este es un capitulo extra por que soy genial y decidí darles un regalo de navidad así que deberían leerlo jaja.

Me desperte muy tarde, mis adorables bebés por mas lindos que pudieran verse eran un gran dolor de cabeza, siempre estaban llorando o intentando comer algo que no era comestible o gateando y escondiendose por toda la casa.

Zoé era la mas traviesa y terca, por mas que la regresaba a su silla o a su cuna de alguna manera se salia para seguir jugando, era adorable con esos hermosos ojos azules como los de su padre pero por desgracia saco mi maravilloso caracter y ya no se me hace lindo tener a alguien casí igual a mí así que la unica persona que la puede controlar es Evan, pero Evan habia estado afuera toda la noche arreglando no se que cosas sobre la manada y demas temas de hombres lobo que no necesito saber por ahora.
Luego estaba Edward (si, yo decidí el nombre como mi adorado Cullen) era hermoso y tranquilo, aveces era tan tranquilo que parecia un muñeco de porcelana pero cuando lloraba pareciera que el mundo se iba a acabar.

Sabía que con Evan fuera yo no podría con ambos así que llame a Stefan, el siempre me salvaba, llego ahí tan solo veinte minutos después de que le llame.
Entro a la casa y vió a zoé jugando, ellos solo tienen año y medío pero es un terremoto que arrasa con toda la casa, ya entiendo por que mi madre me mando con la abuela y por que la abuela me trajo aquí.

-Tefan- mi chica grito mientras alzaba sus manitas para que el la cargara, se comportaba como un angelito cerca de el pero conmigo era completamente lo contrario.

-Lindsay casí dice mi nombre, mira que linda es.

-No te confies mucho de ella, intenta ganarse tu confianza para comerte, al final es hija de lobos, en algun momento te va a clavar el colmillo. No es tan linda como parece.

Stefan solo se burlo de mí y mi actitud hacia el demonio que tengo por hija.

Fuí a ver a Edward, todo estaba muy callado y la habitación olia diferente, no era el mismo aroma a talco de bebé, corrí rapido hacía la cuna en la habitación y lo ví, hay no estaba mi adorado niño, habia un perro café de patas blancas con ojos verdes. Grite lo mas fuerte que pude, Stefan subío con Zoè en brazos para ver lo wue sucedia.

-Mi bebè, se lo llevarón y me lo han cambiado por un perro.

-Estas loca, ya buscaste bien.

-Claro que si, en esta habitación solo hay un perro en el lugar de Edward.- Estaba histerica, no sabía que hacer, tenía miedo por mi chico ¿Y si la manada estaba en guerra de nuevo y para que lucharamos cambiarón a mi bebè por un cachorro?

-Stefan, por favor, tenemos que buscarlo- Dije desesperada

-Tefan, mucha hambre galleta- Zoè era adicta a las galletas pero este no era el momento.

-Stefan ayudame a buscar- me puse mandona, necesitaba saber lo que habia sucedido.

-Galleta- Ya comenzaba a hacer berrinche mientras el solo nos miraba a ambas sin saber que hacer.

-Buscar.

-Galleta.

Stefan desesperado bajo a la cocina para darle galletas al pequeño mounstro que habia creado el cual ya estaba haciendo berrinche y pataleando.

Tome al cachorro que estaba en la cuna, no olía completamente a mi bebé, su aroma era como de Dalias, definitivamente me cambiarón a mi chico por este cachorro.

Lo deje sentado en el corral de mi habitación para que no escapara mientras volteaba el cuarto de cabeza, tire la cuna, removí todos los peluches, saque cual cosa que hubiera en el closeth y nada. Estaba excesivamente desesperada, Stefan estaba buscando en la planta baja mientras cuidaba al mounstro, el panico me inundo y lo unico que podía hacer era depender de nuevo de Evan así que lo llame.

-Evan, por favor ven, Edward no esta- mi voz se entrecortada por las lagrimas y el gran nudo en la garganta que tenia.

-Tranquilizate linda, ya voy para allá- Intento sonar calmado pero su voz era muy gruesa.

Baje junto con el perro para ver sí Stefan ya había encontrado algo pero no lo había hecho.

Le dimos vuelata a los sillones, revisamos bajo la mesa, abrí el horno para buscarlo ahí, saquè todo lo que habia en el baño, busque bajo las escaleras y no encontramos nada.

Evan por fin llego, me arroje a sus brazos dejando al perro por algun lugar entre las cobijas y los cojines que apilamos los cuales usabamos para los sillones.

-Evan, no lo encontramos.

-Lindsay quiero saber lo que exactamente paso.

-Yo lo deje durmiendo y baje para recibir a Stefan por que iba a ayudarme a cuidarlos... Y cuando subí me lo habian cambiado- Dije con paranoia entre lloriqueos y desesperación

-¿Què? ¿Cómo que lo cambiarón?

-Si, mi bebè ya no estaba ahí, solo habia un perro cafe de patas blancas y con ojos verdes.

-¿Estas segura de que era un perro?- Su mirada inquisitora me quemaba.

-Pues era muy peludo, orejón con cuatro patas gruesas y tenía osico, si eso no es un perro no se que mas pueda ser.

-Un cachorro de lobo Lindsay- Me miro con obviedad mientras se daba una palmada en el rostro- Ya se lo que esta pasando.

-¿Què? ¿Quièn cambio a nuestro hijo por el de un lobo?

-Nadie.

-Lindsay hasta yo entiendo lo que pasa- intervino Stefan dandole a Evan el perro o lobo o lo que fuera ese animal.

Evan abrio los ojos grandes y solto un pequeño grito, sonreía en exceso, como si su rostro no pudiera hacer otra mueca.

-Linda este es nuestro Edward.

-No, mi bebé era humano.

-Lo era, se transformo primero que Zoè por que sera un alfa como yo- Su voz se llenaba de orgullo mientras miraba a nuestro cachorro con ojos brillosos.

-Mira tiene el color de tu pelaje pero las patas son del color del mio- Dije sorprendida mientras me daba cuenta de que si era nuestro bebé.

-Ay linda, ¿Cómo no te diste cuenta antes?

Recogimos la casa todos juntos y nos quedamos allí en la sala, viendo Mulan por que a los niños les gustaba y a Stefan también, comiendo galletas y dulces que escondiamos de los niños, riendo y siendo una familia.