Capítulo 8: Dino Cavallone

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- ¡Hibari-san!-HIIEEEEEEE...

Ante esto, Yamamoto sudo frio. La verdad, esto había sido culpa de Tsuna, quien básicamente le había dicho a Hibari que tuviera cuidado si quería ir a pelear en la zona oeste luego de haberlo asustado el día anterior sin querer.

- ¡Yamamoto!

- Hey, ¿qué tal Sasagawa-senpai? – Saludo el chico felizmente. - ¿Qué tal Kyoko?, ¿todo bien?

- Buenas tardes Yamamoto-kun, buenas tardes... eh... chi-

- ¡EXTREMO! – Allí se fueron los pobres oídos. – Un placer conocerlos al extremo.

- Un placer-

La reunión fue cortada por una pequeña explosión en la terraza de la escuela. Dino, quien no podía creer todo lo que estaba pasando, pues era demasiado increíble cuantos encuentros en un solo (menos de 24 horas la verdad) día había presenciado, todos por el mismo tema, quedo frio.

-... Ah... - Saco su teléfono lentamente y marco un número, de la misma forma, se colocó el teléfono al oído. – Romario, dile a los otros que ya encontré la fuente de las llamas... - Si Romario dijo algo, Dino no lo sabía, pues había colgado.

El único aparte de Dino y Gokudera que entendía mas o menos lo que ocurría era Mukuro, quien solo se rio sitiándose un tanto estúpido por no haberse dado cuenta antes.

- Un cielo, con razón... - Ahora todo tenía sentido.

- ¿Eh?, ¿de qué hablas? – Preguntaron varios.

- ¡Tsuna-sama es el mejor! – Tenia que anotar eso en su biblia, ¡Tsuna-sama era un usuario de llamas del cielo!

- Para decirlo de forma simple, las llamas de la voluntad representan ciertas características y poderes... - Mukuro suspiro suavemente, sin dejar de ver la lucha. El chico dominaba el Hyper Dying Will Mode por lo que podía ver, aunque había entrado en el por accidente... - Estas llamas naranjas que estamos viendo son las llamas del cielo... - Una sonrisa más sincera. – "Aquel que atrae y acepta a todos", ¿uh? – Más que demostrado...

Claro que el único que veía algo normal era Mukuro, quien veía a Tsuna esquivar y defenderse lo mejor posible, al igual que atacar a Hibari con el suficiente control para no herirlo. Los demás solo veían una llama naranja flotante que se movía, y eso realmente solo daba la información de donde estaba Tsuna, no que hacía o como se movía. Lo único, a parte del sonido, con lo que Hibari podía guiarse para no recibir un golpe era eso, saber en dónde estaba para no estar demasiado cerca. Tsuna usaba su cuerpo, no armas, para atacar y defender, era obvio porque no había armas flotantes.

-... Esto es increíblemente bizarro. – Dino simplemente encontraba demasiado chocante que existiera un ser invisible con llamas del cielo capaz de atraer a tanta gente por si solo...

Era como el sueño hecho realidad del Noveno, y de casi cualquier jefe Vongola si se lo ponía a pensar con detenimiento. ¿Qué más fácil que encontrar a un cielo que ya había formado su familia así de rápido y por sí mismo?, a Nono le iba a dar un ataque... en especial porque era un ente invisible. Con razón nadie había podido dar con el nunca, solo recibían señales de las llamas, nada más, y obviamente buscaban a una persona visible...

-... Eso debió de doler. – Dijo Ken con una mueca, viendo como Hibari fue derribado. - ¿Hasta cuándo van a continuar...?

Dino no era el único en shock, pero era el que estaba peor. Los otros dos eran Ken y Chikusa, mayormente Ken de ellos dos. ¿La razón de esto?, pues siempre creyeron que, en primer lugar: la voz era simple juego de Mukuro o algo así, y, en segundo lugar: el amigo imaginario de Mukuro de hace años podría ser no tan imaginario como creyeron...

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