- Capitulo 1.- Secretos -

1 0 1
                                    

Lunes 30 de Octubre del año 2017.- Escuela Harrington, salón 2-J.


Ya habían pasado dos meses desde que iniciamos las clases y la verdad se me hacía una eternidad el tiempo que apenas había transcurrido. Pero al menos ya era octubre y eso significa que el festival de Halloween estaba cada vez más cercas. -Espero y este año todos asistan. -pensé. Pues cada vez que realizan un evento escolar nadie asiste debido a que ya tienen alguna fiesta a donde ir o se quedan todo el día metidos en sus cuentas de Netflix. Que patético.


La clase ya estaba finalizando, y yo me moría de ganas de salir para que pudiera tomar una fresca ventisca de viento, pues nos encontrábamos en otoño y en esa época es común tenerlas. Aún recuerdo que el año pasado, estas mismas ventiscas eran demasiado fuertes que tuvieron que cancelar el festival de Halloween que se haría en un bosque debido a que podrían causar la caída de un árbol y resultáramos heridos en el acto. Es por eso, que este año se festejará, como siempre, en las instalaciones de la escuela.


En estos momentos me encuentro en el aula 2-J, fila 4, hilera 3. Ahí­ es donde estoy sentado. En la aburrida clase de Historia del profesor Maxwell. - Ya deje de hablar por favor, ya quiero irme- pensé. De pronto sonó el timbre y a un costado mío alguien grito.


- Por fin! - dijo mi amigo Iván muy emocionado. -Ya se acabo la clase del profesor Maxwell y podremos irnos al receso -. No lo había reconocido en un inicio.- Tranquilo Iván, oh ¿Es que acaso iras a ver a tu noviecita? - dijo Carol. - Tenlo por seguro - dije yo. Iván no hizo más que un ruidito de furia y Carol y yo nos echamos a reír. Seguido de eso nos levantamos de nuestros asientos y nos dirigimos fuera del salón con dirección a la cafetería, cuando de pronto un grito furioso nos hizo detener.


- ¿A donde creen que van jóvenes?! -. Era la prefecta Sharon, aquella vieja y ya agotada mujer de 80 años de edad que no tenía otra cosa más que estar detrás de los alumnos molestándolos. Su apariencia era como la de un viejo pergamino, arrugado y con mucha fragilidad. Sus ojos eran de color verde aceituna y su cabello era como un estropajo pero de color gris platinado, todo esto la hacía aparentar como una bondadosa anciana frente a los profesores y demás adultos, pero nosotros los alumnos sabíamos que ella era de un carácter demasiado malvado, tanto así­ que de seguro era capaz de hacernos engordar para que después nos comiera. De igual modo tenía una memoria que a pesar de su edad estaba en perfectas condiciones para recordar cualquier detalle. Pero no solo eso, también tenía un modo demasiado estricto que cada vez que nos topáramos con ella o le dirigiéramos la palabra le tendríamos que decir "Señora". Todo esto con el fin, según ella, de respetarla.


- Vamos a la cafetería a desayunar algo señora- dijo Carol. - ¿Le gustaría acompañarnos - ¡Ella estaría muy encantada de hacerlo- dije yo. Mientras le daba un codazo a Carol, - Pero creo que debe ir antes con el director, - ¿No es así­ Iván?. - ¡Oh!, es verdad. Usted debe ir por un asunto importante. - dijo Iván. - Mmm no recuerdo que me haya citado hoy pero por si acaso iré a dar una vuelta a ver que se le ofrece. - dijo la prefecta para después despedirse de nosotros y seguir su camino directo a la dirección.


- ¡Pero que diablos estabas haciendo Carol! - le decía Iván. Pensaba lo mismo, pues aunque Carol era mi amiga y de esa clase de personas con una gran amabilidad y apariencia agradable, aunque suele ser ruda y con cierto toque masculino. Aun así­ no la dejaría que invitara a la señora Sharon a tomar el desayuno con nosotros, ya que eso seria algo demasiado incómodo.


- Basta Iván, no es necesario gritar. Ella ya debe saberlo -. Por otro lado, Iván era el menor de nosotros. Pues solo contaba con la mínima edad de 14 años. Mientras que Carol y yo ya teníamos 15. Él es algo travieso e irresponsable, ya que cada vez que dejaban alguna tarea simplemente no la entregaba. Su apariencia es la de un chico demasiado alegre y simpático, y lo es. Su cabello es rubio y su piel blanca como la misma nieve. Tiene unos ojos azules y de vez en cuando le apodamos "Chiquitín" ya que a diferencia de su novia Sam el es más bajito que ella.


Mientras Carol e Iván discutían nos encontrábamos ya cruzando la puerta de la cafetería. Al abrir esas gigantescas puertas de cristal dejamos escapar aquel delicioso aroma que abundaba por toda la cafetería. Se nos hacía agua la boca, ya queríamos probar la comida de hoy la cual era una deliciosa pasta bañada en salsa de tres quesos con trozos de pollo y acompañada de un gran trozo calientito, crujiente y delicioso de baguette previamente salido del horno. Era una de las mejores cosas que recibes al ir en un colegio privado.


Tomamos cada quien una bandeja y nos formamos para entrar a la cocina y recibir el platillo de hoy. El tiempo de espera fue largo pero valía la pena porque ya nos moríamos de hambre los tres, al salir de la cocina alguien llamo a mi nombre.


- ¡Ey Thomas!. En un principio no reconocía quien y de donde me llamaba, pues el espacio se había ya llenado y era difícil encontrar aquella voz. Creo que me noto algo perdido por lo que volvió a gritar. - ¡Por acá¡, junto al escenario! . Mi mirada cambio de lugar y a lo lejos pude observar que se trataba de Margaret, mi hermana mayor. Carol e Iván me siguieron hasta donde se encontraba ella, llegamos a su mesa y nos dijo. - Hermanito, acaso no encuentran lugar tú y tus amigos?. A lo que respondí, - No Margaret, aún no hayamos. Pero estábamos buscando unos. - ¡Oh!, pues ya no busquen más. Mis amigas y yo ya terminamos de almorzar así­ que pueden quedarse con el lugar. - ¿Enserio?! - dijo Iván. - Por supuesto, tomen asiento y disfruten la comida. Nos vemos hermanito. -Adiós Margaret. Luego de eso mi hermana y sus amigas se retiraron de la mesa y salieron de la cafetería cediéndonos así­ el lugar.


Agradezco que mi hermana nos haya dado el lugar pero a veces me incomoda que sea demasiado responsable conmigo, digo, yo mismo pude haber buscado un lugar o incluso pudimos haber almorzado afuera pero bueno. Pasaron los minutos y una vez ya llenos de tanto comer nos levantamos, colocamos las bandejas en su lugar y nos dirigimos a nuestra siguiente clase.


Ahora nos tocaba Álgebra con la profesora Ángela, ella era demasiado lista en su materia por lo que también no era difícil comprenderla. Y así­ siguieron las 3 horas de clase restantes hasta que finalmente sonó el timbre de salida. Me despedí­ de Carol y luego de Iván, para acto seguido dirigirme a tomar el autobús que me llevaría a casa junto con Margaret. Tiempo más tarde me encontraba ya sentado en el gran sofá¡ de mi casa. Me dispuse a ver la televisión pero pasado los 15 minutos me quede dormido profundamente...


Todo estaba oscuro, no había ni un rayo de claridad y lo único existente en aquel mundo era yo. -¡NO CUMPLISTE CON TU PROMESA!, PAGARAS LAS CONSECUENCIAS THOMAS!. Seguido de eso escuche un horrible y desgarrador grito, tanto así­ que me agache y me tape mis oídos metiendo mi cabeza entre mis piernas. - ¡No voy hacerlo, nunca lo hare! -grite yo. Al parecer lo enfurecí­ tanto que aumento su volumen ocasionando que comenzara a gritar. Ambos hacíamos ruido. Pero el ruido del golpe de la puerta del sótano me hizo despertar. Me sentía helado, estaba temblando y solo podía escuchar mi propia voz. Mi respiración era agitada y me sentía demasiado cansado. - Te quedarás ahí­ hasta que pueda encontrar alguna forma de que me dejes en paz.-dije yo. Después tome el control remoto, apague la televisión que se encontraba con la imagen de estática y me dirigí­ a tomar las escaleras para irme a descansar a mi cuarto. Quería que todo esto ya llegara a su fin. No podía soportarlo y callarlo más.



You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 21, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

- My Bloody Friend - (Mi Amigo Maldito)Where stories live. Discover now