Wells.
Mi mamá me ayudaba a hacer mis maletas, no podía creer que tenia que separarme de ella, a la mañana siguiente tenia que marcharme a otra ciudad, se que ella me ama y también se que le duele que me vaya pero por mis sueños fue capaz de impulsarme hasta que los logrará.
Iría a una academia de baile, quiero ser una profesional, quiero tener un mejor futuro y bridarle uno mejor a ella.
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Salí de casa rumbo a la estación, mamá no pudo acompañarme debido a su trabajo pero mi mejor amigo George lo hizo.
Un lindo chico con unos ojos color avellana que mostraban un hermoso atardecer, George muchas veces quiso tener algo más conmigo pero yo no podía verlo de otra manera el es como mi hermanito.
-Bueno Amy creo que llegó el momento.- se despidió dándome un abrazó.
El transporte se aproximaba tuve que tomar uno muy temprano pues mamá no quería que llegase demasiado tarde a la ciudad.
Lo acepte de inmediato -Te extrañare mucho George-
-Igual yo Amy...-
Sin más aborde.
-Alcanza tus sueños Amy
.- dijo George en casi un susurro.
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El camino fue largo 6 horas en autobús de Elmira a NY no son nada cómodas.
Junto con mamá estuvimos ahorrando todo el año anterior para poder pagar mis estudios y un buen departamento, tenía pensado buscar un trabajo y poder ayudar a mamá con los gastos y eso haría.
Mi prima Olivia me recogerá en la estación, tenía mucho tiempo sin verla la extrañaba mucho, me hubiera gustado quedarme con ella pero su apartamento es muy pequeño y yo quería independizarme.
Baje del autobús y la vi estaba muy diferente a como la recordaba tenia un gran cartel con mi nombre en el no dude en correr a darle un gran abrazo.
-Olivia cuanto tiempo, ¡estás hermosa!-
-Te extrañe mucho pequeña, tu estás más linda- nos separamos y nos dirigimos a la salida.
-Y dime ¿cómo te fue en el viaje?- preguntó.
-Algo cansado- reí por lo bajo.
Caminamos hasta su auto, subí las maletas a la cajuela y nos dirigimos a mi nuevo hogar.
Mi prima vivía a unas cuadras de mi departamento así que podría verla muy seguido y eso me ponía muy contenta.
Tardamos alrededor de 30 minutos para llegar al edificio, estaba nerviosa iniciar en otra ciudad no era fácil y mucho menos si vivía sola pero estaba dispuesta a acostumbrarme.
Nos detuvimos frente a un edificio muy grande -Bienvenida a tu nuevo hogar primita- me sonrió.
-Woww, vaya que si ahorramos- reí.
Olivia me ayudo a sacar las maletas de su auto y llevarlas hasta el departamento, me entrego las llaves y se despidió.
-Paso por ti mañana temprano para desayunar-.
-Hasta entonces- contesté.
El departamento era increíble contaba con una cocina amplia, un dormitorio agradable y un estudio que podia ser una perfecta oficina pero que yo utilizaría como salón de baile.
Eran como las tres de la tarde y estaba muy cansada.
-"Dormiré un poco"- pensé.
Desperté a las 7 de la noche -dormí mucho- tenía mucha hambre y decidí ir a caminar un poco y comprar algo para cenar.
Sali del departamento y escuche sin querer a un tipo hablando por teléfono.
-Maldición Hugo, vete al diablo!-
Al parecer estaba muy enojado y era culpa del tal Hugo.
Voltio a verme.
Estabamos viendonos a los ojos -"Maldita ses que hombre tan bueno"- pensé.
Le sonreí y lo salude con la mano a lo lejos.
Y el desgraciado se dio la vuelta y azotó la puerta.
-Que estúpida eres Amara, eso te pasa por tratar de ser "amable" que tipo tan desagradable- dije.
Intente borrar ese tropiezo y baje a buscar algo de comer, pero no podía dejar de pensar en la mirada de ese idiota.
